Amaru Inca Yupanqui
Amaru Inca Yupanqui o Amaru Topa Inca (quechua contemporáneo: Amaru Inka Yupanki, Amaru Tupaq Inka) fue un auqui del Tahuantinsuyo. BiografíaNacimientoAmaru Yupanqui era el hijo legítimo y primogénito del Inca Pachacútec, pues fue el primer fruto de su matrimonio con la Coya Mama Anahuarque. Su nacimiento tuvo lugar en Pomacocha, cuando el ejército de su padre se hallaba en camino a Vilcashuamán. De retorno al Cuzco, Pachacútec hizo grandes fiestas para celebrar su nacimiento. Al parecer, el soberano ya tenía dos hijos, Yanqui Yupanqui y Tilca Yupanqui, que con el tiempo se volverían nobles influyentes y el segundo será un hábil general. Pero ambos eran los hijos de sus esposas secundarias.[1]
CorreinadoLas fuentes difieren sobre su historia. Algunos sostienen que el Sapa Inca, sabiéndose viejo,[2] decidió asociarlo al trono para asegurar su sucesión,[3] como ya habían hecho Inca Roca con Yáhuar Huácac y Huiracocha Inca con Inca Urco.[4] Pachacútec quiso dar a su elección el sello de legitimidad y, para ello, tras una grandiosa ceremonia le hizo lucir la mascapaicha, símbolo del poder, frente a todo el pueblo alineado. Para la ocasión, Amaru Yupanqui tomó como esposa principal a una ñusta (princesa) llamada Chimpu Ocllo o Curi Ocllo.[5] Convertido en corregente del soberano, el joven Auqui (heredero) fue sometido a una serie de deberes administrativos que, en los fines de su augusto padre, deberían haberle permitido familiarizarse con las responsabilidades que, un día, tendría que asumir. Amaru Yupanqui demostró ser de carácter afable, tranquilo y prudente. Amante de las labores agrícolas, favorecía la construcción de terrazas y redes de riego. Tuvo como otra ocupación predilecta la construcción de importantes edificios, tanto en el Cuzco como en las localidades vecinas. Fue particularmente querido por los súbditos del Inca y todo el pueblo, quienes se alegraron mucho con la elección de heredero del soberano. Juicios de guerraTras haberlo instruido en la adminstración del Estado, Pachacútec decidió probar la capacidad bélica de Amaru Yupanqui, a quien le ordenó (prácticamente obligó) combatir una rebelión dentro del curacazgo colla,[6] donde uno de los hijos del curaca vencido por su padre años antes se había proclamado Inca.[7] Una hueste de 200.000 hombres, fue puesta a sus órdenes;[8] estaba secundado por Túpac Ayar Manco y Apu Paucar Usnu.[9] Apenas tuvo éxito gracias a la ayuda de sus hermanos, pero esto dejó patente su incapacidad bélica.[6] Sus hermanos continuaron con la anexión de Charcas, Paria, Tapacarí, Cochabamba, Pocona, Chincha y Chuyes. La tropa se dividió en tres: 5.000 fueron a las montañas, 20.000 a la costa sur y el resto anexó otros territorios.[10] La población cuzqueña comenzó a murmurar y Pachacútec decidió ofrecerle otra oportunidad a Amaru Yupanqui, esta vez en la selva amazónica (Madre de Dios), donde se supone que conquistaría a los guaraníes. Cambiar el teatro de operaciones, sin embargo, no sirvió de nada porque hasta en los meandros de la selva el joven auqui demostró que no poseía las cualidades necesarias para dirigir un ejército y tuvo que regresar a Cuzco tras una humillante derrota.[11] AbdicaciónDespués de un cogobierno de cinco o seis años[12] (otros hablan de diez),[13] Pachacútec entendió muy bien el estado de ánimo de sus súbditos y decidió cambiar su elección. Por su pobre desempeño militar llevó a que fuera desplazado por su hermano menor, Túpac Yupanqui, cediendo voluntariamente su posición.[14] Amaru Yupanqui era ciertamente un joven afable y querido, pero un imperio necesitaba un guerrero y él no cumplía con los requisitos.[15]Con un procedimiento anómalo, que no tuvo igual en la historia incaica, se encomendó a Amaru Yupanqui la conducción del Cápac Ayllu, la nueva panaca del futuro soberano. En rigor, sólo sus descendientes debieron pertenecer a la familia del nuevo soberano, mientras que sus hermanos debieron permanecer en la de su padre, el Hatun Ayllu. La colocación de Amaru Yupanqui en la panaca de Túpac Yupanqui resumía, más que cualquier otra iniciativa posible, la idea del vínculo que unía a los hijos de Pachacútec entre ellos. Otras fuentes indican que Amaru Yupanqui jamás fue aceptado por los nobles cuzqueños y lo depusieron cuanto murió su madre.[16] Algunas fuentes dicen que llegó a gobernar pero unos pocos años por su carácter pacífico, llevando a su derrocamiento por su hermano. A pesar de esto siempre, fue fiel al nuevo monarca.[17] RegenciaLejos de sentir envidia y celos de su hermano destinado para el trono, Amaru Yupanqui siempre le mostró la máxima fidelidad y se convirtió en su principal consejero. Cuando las innumerables campañas emprendidas por Túpac Yupanqui lo alejaron del Cuzco, fue Amaru Yupanqui quien dispuso los destinos del imperio regulando su vida administrativa. En una ocasión, detuvo otro levantamiento del Collao mientras las tropas incaicas estaban lejos, dando paso a su hermano para que regresara a tiempo de sofocar la rebelión. Durante otra ausencia de Túpac Yupanqui, el altiplano andino se vio afectado por una terrible sequía que llevó a las poblaciones al borde de la extinción por inanición. En esta ocasión, la habilidad de Amaru Yupanqui en el dominio de la agricultura resultó providencial. También donó los frutos de sus chacras para alimentar a los necesitados.[18] Fue descrito como un filósofo, humilde y bueno; «demasiado humano para ser gobernante».[19] La figura de Amaru Yupanqui fue considerada positivamente por todos los cronistas de la época por la modestia, rectitud y fidelidad que animó toda su vida. Todos coinciden en que las conquistas de Túpac Yupanqui no hubieran sido posibles sin la ayuda de su abnegado hermano. MuerteSe cree que la fecha de la muerte de Amaru Yupanqui fue en los últimos años del reinado de Túpac Yupanqui. El episodio de la sequía, que lo tuvo como protagonista, se produjo mientras el Sapa Inca se dedicaba en las conquistas al sur del imperio, actualmente Chile. Se suponía que Amaru Yupanqui ya no estaba vivo cuando el soberano murió alrededor de 1475. De hecho, la fase turbulenta de la sucesión fue dirigida por otro hermano, una clara señal de que el príncipe ya no estaba al frente de la familia imperial. ControversiasInca Garcilaso de la Vega, autor de Comentarios reales de los Incas, menciona a un Inca Yupanqui como Sapa Inca entre Pachacútec y Túpac, y habría sido padre de este último; tesis apoyada por el historiador peruano Julio Rolando Villanueva Sotomayor.[20] Garcilaso sostiene que la mayoría de los cronistas confunden los nombres por la similitud que tienen.[21] Sin embargo, Pedro Cieza de León, autor de El Señorío de los Incas, también menciona un Inca Yupanqui pero toda la información que da del personaje indica que se refiere a Pachacútec.[22] La mayoría de los cronistas reconoce la existencia de Amaru, pero dicen que solo fue co-reinante y fue Túpac quien sucedió a su padre.[19] María Rostworowski sostiene que Garcilaso de la Vega no menciona la diarquía o la elección del sucesor porque eso hubiera hecho menos comprensible su crónica al lector europeo, y también porque podía llevar a considerarse a Túpac como un usurpador y se negaran sus derechos y propiedades a sus descendientes (él era tataranieto de Túpac).[23] Según el historiador peruano José Antonio del Busto fue nombrado cogobernante en 1450.[24] Su colega boliviano Mariano Baptista Gumucio señala que sucedió a su padre en 1478 y rápidamente cayó.[25] Referencias
Bibliografía
|