Batalla de la Selva Litana
La batalla de la Selva Litana (o Clades Postumia, «desastre de Postumio»)[3] fue un enfrentamiento militar librado en 216 a. C., durante el contexto de la segunda guerra púnica, al noroeste de Ariminum (Rímini) en que los celtas boyos emboscaron y destruyeron a unas legiones romanas lideradas por el cónsul sufecto Lucio Postumio Albino, quien murió en el combate. AntecedentesUna guerra de tres años entre la República romana y los pueblos celtas que vivían en el valle del río Po tuvo su punto de inflexión en la batalla de Telamón.[4] Sin embargo, el sometimiento fue efímero porque la llegada de Aníbal Barca significó una nueva insurrección de los locales. En 216 a. C. fueron elegidos cónsules Lucio Emilio Paulo y Cayo Terencio Varrón quienes marcharon a enfrentar a Aníbal, dejándose como cónsul sufecto al pretor Lucio Postumio Albino,[5] quien había celebrado un triunfo doce años antes por vencer a los ilirios[6] y estaba en la Galia Cisalpina.[7] Sus órdenes eran castigar a los celtas de la Cisalpina por su apoyo al púnico, devolviéndoles al orden con una legión inicialmente.[8] Las principales tribus de la región eran los boyos, ínsubrios y senones.[9] BatallaLos romanos llegaron a una selva llamada por los celtas Litana, que el cónsul decidió atravesar con sus fuerzas.[10] Sus fuerzas contaban con dos legiones y los aliados reclutados en la costa italiana del mar Adriático, alcanzando los 25.000 efectivos.[1] En esa época, anualmente los romanos solían reclutar cuatro legiones entre sus ciudadanos, cada una formada por cuatro mil infantes y doscientos jinetes. Cada cónsul quedaba al mando de un par.[11] Las legiones involucradas serían las XVIII y XIX, reclutadas de emergencia durante aquel año.[12] Los boyos se habían apostado en las afueras del bosque. En cuanto entraron las legiones por el camino que lo atravesaba cortaron los grandes árboles a ambos lados, dejándolos caer sobre todo el ejército, sus carromatos y bestias de carga.[13] Muchos murieron aplastados por los troncos o ensartados por las ramas y los supervivientes fueron masacrados en el subsecuente ataque celta.[14] Apenas una decena logró escapar.[13] Muy pocos fueron tomados prisioneros, cuando los que seguían vivos trataron de cruzar un pequeño puente cercano pero aquel ya estaba en manos enemigas.[14] En ese momento murió el cónsul, tratando de evitar ser capturado, un boyo le quitó las riquezas y la cabeza a su cadáver, que fueron llevadas en señal de triunfo a sus templos.[15] Según sus costumbres, su cráneo fue limpiado y cubierto con oro para servir de copa en celebraciones y ritos religiosos.[16] Las armas y posesiones de los vencidos fueron un enorme botín para los boyos, debiendo recogerlas a lo largo de toda la línea de la columna romana, sin embargo, la mayoría de los animales murieron aplastados.[17] ConsecuenciasFinalmente, las noticias del desastre de Postumio llegaron al Senado[18] la gente afligida y temerosa, cerró sus tiendas y Roma adquirió un aire de soledad[19] que llevó al Senado a ordenar a los ediles recorrer sus calles y ordenar la reapertura de las tiendas para aparentar normalidad.[20] Las noticias llegaron poco después de la derrota de Cannas,[21] por lo que la República se negó a realizar nuevas campañas contra los celtas por la amenaza de Aníbal.[22] Por su parte, los galos permanecieron pasivos hasta 207 a. C., lo que permitió a las colonias romanas de Placentia y Cremona recibir una cuota anual de suministros desde Roma, incluso en 209 a. C., cuando 18 de las 30 colonias romanas no pudieron enviar la cuota solicitada de soldados o dinero.[23] Habría que esperar hasta 197 a. C. para que las legiones volvieran a centrarse en la Cisalpina, cuando el cónsul Cayo Cornelio Cetego derrotó a los ínsubrios.[24] Nuevas campañas siguieron contra estos y los boyos.[25] Finalmente, los romanos someterían a los ínsubrios, colonizarían la región y expulsarían a los boyos a la cuenca del Danubio, a las tierras de los tauriscos. Posteriormente, los dacios de Burebista acabarían conquistando a los celtas.[9] Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
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