La etimología de la palabra griega es desconocida, y sólo aparece en los textos a partir de la descripción que hace Heródoto de las estatuas egipcias. Las fuentes romanas utilizaron la palabra para designar a la estatua de bronce del dios Helios que se levantaba a la entrada del puerto de Rodas (el coloso de Rodas, que según Plinio el Viejo tenía 70 codos de altura —unos 32 metros—), y también llamaron así a la gran estatua del emperador Nerón, junto a la que se levantó posteriormente el anfiteatro Flavio (el Coliseo).[1] El DLE recoge como segunda acepción de «coloso» en castellano ‘persona o cosa que por sus cualidades sobresale muchísimo’.[2]
Estatuaria colosal
Próximo Oriente antiguo
La mayor parte de las numerosas civilizaciones del Próximo Oriente Antiguo desarrollaron estatuaria monumental, desde las más tempranas (Göbekli Tepe, X-VIII milenio a. C., vinculado al megalitismo -algunas de las manifestaciones megalíticas son figurativas e incluso antropomórficas-) hasta las más tardías, como los gálatas, que la tuvieron al menos en la ciudad de Tavium, donde hubo una estatua colosal de un dios al que las fuentes romanas equiparan a Júpiter (siglo III a. C.)
Entre las esculturas colosales de época helenística (el Toro Farnese de 370 cm, la Victoria de Samotracia, que aun descabezada mide 245 cm, el Laocoonte y sus hijos, de 245 cm, el Galo suicida, de 211 cm —el impresionante friso del Altar de Pérgamo está compuesto por figuras de tamaño cercano al natural—) destacó por su tamaño el Coloso de Rodas (70 codos, unos 32 metros), del escultor Cares de Lindos. Su maestro (Lisipo, que se ubica cronológica y estilísticamente en la transición entre el periodo clásico y el helenístico) había realizado una escultura de Zeus de cuarenta codos (unos 22 metros) para el templo de este dios en Tarento; y algunas de sus esculturas conocidas por copias romanas también tienen grandes dimensiones, como la Flora y el Hércules Farnese (317 cm) o el Ares Ludovisi.[12] Sus retratos de Alejandro tuvieron una gran influencia posterior. Deinócrates proyectó una ciudad que se ubicaría sobre la mano de una escultura colosal de Alejandro tallada en una montaña, y que no llegó a construirse.
Hay testimonios literarios de que en el año 299 a. C. el cónsul Espurio Carvilio Máximo mandó realizar una estatua de Júpiter en el Capitolio con las armaduras capturadas a los samnitas. Su tamaño era tal que podía verse desde el monte Albano; y con el material sobrante que se recogió tras pulimentarla se le levantó a él mismo una estatua de bronce, que se puso a los pies de la del dios. Anterior incluso debía ser "el Coloso del Apolo toscano" (es decir, etrusco) que, según Plinio el Viejo "se ve en la biblioteca del templo de Augusto, con una altura de cincuenta pies, y que hace que dudemos si es más admirable el bronce o la belleza";[14] y el "Júpiter de los leontinos", de siete codos de alto.[15]
El programa iconográfico de Augusto, que incluyó el Ara Pacis (con retratos en relieve de toda la familia imperial) y estatuas colosales de Augusto[16] y de su esposa Livia, había comenzado con una una estatua ecuestre (43 a. C.) que se erigió en el rostra (la tribuna de oradores del Senado) junto a la estatua ecuestre de Sila. Se desconoce su tamaño, pero las variaciones en su planteamiento formal se conocen por las emisiones monetarias. En las esculturas de Augusto se utilizaron todo tipo de recursos iconográficos, especialmente la imitación de los modelos helenísticos, pero evitando la divinización (apoteosis, que obtuvo en vida en algunas provincias orientales, pero en Roma sólo se realizó tras su muerte, hasta entonces era únicamente el Divi filius —hijo del divino Julio César—) y la identificación con la monarquía (puesto que Octavio no era rex, sino princeps, imperator y augustus entre otros títulos).[17] "La gran cabeza de bronce de Augusto hallada en Meroe había sido arrancada del cuerpo por ... las tribus meroítas que arrasaron los campamentos romanos en el alto Egipto, llevada al emplazamiento de un templo de la victoria, y enterrada deliberadamente bajo la escalera principal... de forma que cualquiera que entrara... ultrajaría al emperador romano al pisarle literalmente la cabeza".[18]
Entre las estatuas colosales de la dinastía Julio-Claudia estuvo el acrolito colosal de Antonia la Menor conocido como Juno Ludovisi. Los acrolitos sólo tenían de mármol la cabeza y el término de las extremidades, quedando el resto del cuerpo representado por un armazón de madera que podía vestirse de telas o con otros materiales. La mayor debió ser el llamado Coloso de Nerón, de bronce y con más de treinta metros de altura, que se levantaba en el atrio de la Domus Aurea. Tras la muerte del emperador, se sustituyó su rostro para evitar la identificación de Nerón con la divinidad representada (Helios). En sus proximidades se construyó el anfiteatro Flavio, denominado "Coliseo" por esta estatua.
De la dinastía Flavia se conservan estatuas imperiales, y testimonios literarios y numismáticos de una estatua ecuestre de Domiciano, que fue destruida. Habría medido 12 o 13 metros junto con su basamento. También asociada a Domiciano hay testimonios de "una estatua colosal con la cabeza de Apolo". La estatua de Vespasiano, de 30 codos, se situó junto al templo de la Paz.[15]
Entre las estatuas colosales de la dinastía Antonina destacó la desaparecida estatua ecuestre de Trajano que, junto con su pedestal, medía probablemente entre 10 y 12 metros de altura. No se conservan más que testimonios escritos y una reproducción numismática, pero se sabe que sirvió de modelo para la estatua ecuestre de Marco Aurelio, de dimensiones un tercio inferiores. El programa iconográfico de Trajano, que incluyó la columna trajana, también se desarrolló a través de estatuas destinadas al culto imperial en ciudades de todo el imperio, siguiendo la práctica iniciada con los emperadores julio-claudios. En cuanto al programa iconográfico de Adriano, tuvo como característica propia la divinización de su amante Antínoo, fallecido prematuramente. La Mole Adriana (hoy Castel Sant'Angelo) estaba culminada por una estatua colosal de Adriano conduciendo una cuadriga[19] (en alguna fuente se dice que por "una silla curul de una desmesurada grandeza y en proporción á aquella mole ó vasto monumento").[15] Las estatuas colosales de los baños de Sagalassos eran posiblemente de tres emperadores y sus esposas, de los que se han hallado partes de las de Marco Aurelio, Adriano y Faustina la Mayor (esposa de Antonino Pío).[20] La columna de Antonino Pío estaba coronada por una estatua de ese emperador, de quien también quedan restos de una estatua colosal.[21]
Entre las estatuas parlantes de Roma (denominación popular de las estatuas de época romana presentes en las calles de Roma en las que tradicionalmente se consentía la fijación de "pasquines") había estatuas colosales o fragmentos de ellas, como la llamada Madama Lucrezia o el llamado Marforio.
Relieves de Sarab-e Bahram ("fuente de Bahram"), finales del siglo III. Representa al emperador Bahram II entronizado, flanqueado por altos cargos de la corte: a la izquierda un papak (visir) y el moebedKatir (sumo sacerdote zoroastriano), a la derecha príncipes o altos nobles.
El arte carolingio no produjo manifestaciones escultóricas de gran envergadura (la estatua ecuestre de Carlomagno es sólo una estatuilla), pero las descripciones literarias del palacio de Aquisgrán y su capilla palatina manifiestan la presencia de algunas esculturas traídas de Italia y otras que se encargó fundir en bronce, para legitimar al Imperio como una continuidad del romano: "en el vestíbulo del edificio sagrado se erigía una loba de bronce, en el atrio había una fuente con forma de piña rodeada por las personificaciones de cuatro ríos y una estatua ecuestre del rey ostrogodo Teodorico también embellecía el palacio";[28] coronándolo, se colocó un águila de bronce en actitud de vuelo.[29]
Las figuras esculpidas en las jambas de los pórticosrománicos y góticos pueden alcanzar dimensiones superiores al natural, lo que permite a algunas fuentes denominarlas "esculturas colosales".[30] Por razones obvias, las figuras de San Cristobalón se representaban a gran tamaño; la del priorato de Norton, de 337 cm, datada entre 1375 y 1400, se considera la mayor de la Inglaterra medieval.[31]
Cabeza de un dios en una de las puertas de Angkor Thom.
Buda de Leshan.
Buda de Rongxian.
Estatua de Neminatha (16 m) en Tirumalai, Tamil Nadu.
Indonesia e islas del Pacífico
Megalitos de Pasemah
La meseta de Pasemah (de los pasemah, al sur de Sumatra) es la tercera región megalítica del mundo en términos cuantitativos, con 26 ubicaciones dispersas sobre una zona de 80 km². Las dataciones por carbono 14 dan una antigüedad de hasta 3600 años antes del presente.
Los moáis de la isla de Pascua llegan a medir más de diez metros; pero alguno de los que quedaron sin terminar, abandonados en su cantera, mide más de veinte.
Proyecto de fuente conocido como Elefante de la Bastilla, de Jean-Antonie Alavoine (1812, no se llegó a finalizar), que iba a realizarse con los cañones tomados "a los insurgentes españoles" en 1810.[36]
Estatuas de Napoleón. Algunas son de la época de Napoleón Bonaparte, e incluso de la monarquía de Julio; pero la mayor utilización de su imagen correspondió a la época de Napoleón III, que buscaba con ello su propia legitimación. Hubo una propuesta, similar a la que en la Antigüedad se hizo a Alejandro, de tallar su efigie en una montaña de los Alpes, junto al paso del Simplón.[37]
Monumento a Beethoven. Hay bustos anteriores, pero la primera estatua colosal dedicada a Beethoven (de Ernst Hähnel y Jacob Daniel Burgschmiet, aunque uno de los impulsores, el músico Liszt, había exigido que el escultor fuera Lorenzo Bartolini) se erigió en Bonn con motivo del 75 aniversario de su nacimiento; se venía patrocinando desde poco después de su muerte (1827), en un momento en que no había tradición de dedicar monumentos a figuras de la cultura (un monumento a Schiller se levantó en 1839 y uno a Mozart en Viena en Salzburgo en 1842, el Monumento a Goethe y Schiller en Weimar -de Ernst Friedrich August Rietschel, 3,7 m- se levantó 1857). En Viena se levantó un monumento a Beethoven (de Caspar von Zumbusch) en 1880, en la Beethovenplatz.
Cuádrigas del Grand Palais (Exposición Universal de 1900)
Estatua ecuestre de Juana de Arco, Emmanuel Fremiet, 1899; la única de iniciativa pública entre las 150 estatuas erigidas en París en el periodo 1870-1914, denominado como "la edad de oro de la estatuamanía" (todas las demás fueron fruto de iniciativas privadas).
Estatua ecuestre de Víctor Manuel II (Roma, 1910, 12 × 10 m, 50 toneladas de bronce, de Enrico Chiaradia), preside el Vittoriano, que incluye muchas otras esculturas colosales.
La Gloria recompensa al Valor y al Genio, grupo escultórico que remata el Arco de la Rua Augusta de Lisboa, Célestin Anatole Calmels. Las esculturas del plano inferior (ríos Tajo y Duero, y personajes portugueses) son de Vítor Bastos. 1875.
Estatuas colosales del Stadio dei Marmi ("estado de los mármoles") de la Accademia fascista maschile di educazione fisica) en el Foro Italico o Foro Mussolinni, 1928-1932, proyectado por Enrico Del Debbio.
Maestros de la escultura contemporánea, como Henry Moore (parte de cuya producción consiste en obras que, en su aspecto figurativo, han de considerarse como esculturas colosales), reflexionan explícitamente sobre el concepto de la escala y el tamaño.[47] Reflexiones semejantes, desde planteamientos artísticos muy diferentes, hizo en sus últimos años el pintor Salvador Dalí (Dolmen de Dalí, Madrid, 1986, concebido como un monumento a la ciencia y la técnica e incluye una gran figura masculina que representa a Newton ante un dolmen de 13,3 m).
Monumento al Renacimiento Africano (Dakar, 2009), 49 m. Polémica idea del presidente Abdoulaye Wade, fue realizada por la compañía Mansudae, la misma que realiza la iconografía oficial del régimen norcoreano (estatuas colosales de la familia Kim, goberntante por tres generaciones).
Por otro lado, con diversos criterios estéticos, se ha continuado la tradición de levantar estatuas colosales con propósitos ideológicos o religiosos (tanto del cristianismo como de las religiones orientales), cuyas dimensiones son objeto de emulación competitiva.
↑Minerva Ingres (260 cm sin cabeza), Louvre: Cette statue colossale compte parmi une série nombreuse de répliques romaines inspirées des créations du sculpteur athénien Phidias (actif entre 460 et 435 avant J.-C.). Le type statuaire, qui dérive de celui de l'Athéna Parthénos, reproduirait l'Athéna Promachos en bronze de l'Acropole d'Athènes ou l'Athéna Areia de Platées. La technique des pièces rapportées adoptée par le copiste afin, probablement, d'imiter la technique acrolithe de l'original, conforte volontiers cette dernière hypothèse.Palas de Veletri (305 cm), Louvre: Cette statue colossale d'Athéna, trouvée à Velletri au XVIIIe siècle, reproduit une effigie de bronze, disparue, dont des répliques romaines et des fragments de moulages antiques découverts à Baïes près de Naples gardent le souvenir. Créé vers 430 avant J.-C., l'original est généralement attribué à Crésilas : le sculpteur crétois est l'auteur d'un portrait de Périclès dont une copie, conservée au British Museum, présente un visage ovale et une acuité des traits identiques à ceux de la déesse.
↑Miguel Ángel Elvira: Leócares y Briaxis tras el Mausoleo en Artehistoria: "... de él [Briaxis] se citan estatuas colosales en Rodas, un gran Apolo en Dafne (junto a Antioquía), un retrato de bronce de Seleuco Nicátor, rey de Siria, y otras obras más, que acreditan una actividad profusa. Lo que ocurre es que, por desgracia, ninguna copia ha podido ser identificada hasta hoy. Incluso su escultura más famosa, la imagen de culto que será adorada como Serapis en Alejandría, se halla sujeta a discusión: frente a la teoría tradicional, que quería reconstruirla a través de las múltiples representaciones romanas del dios, con bucles verticales cayendo sobre la frente, parece que debe adoptarse un criterio distinto: el Serapis romano no es el elaborado por Briaxis, pues éste se hallaba más cerca de los Asclepios u otros dioses barbados de su época: el llamado Asclepio de Alejandría es quizá el mejor candidato a la identificación, y nos daría una obra de estética grandiosa, pero suave a la vez, casi más cercana a Praxíteles que a Escopas."
↑*John Henry Middleton, XIII - Column of Antoninus, en Ancient Rome in 1885, 1885: "On the summit of the column stood a colossal statue of Antoninus in gilt bronze."
Barbara Burrell, Neokoroi: Greek Cities and Roman Emperors, 2004, pg. 104-106: "Fragments from the statue of Antoninus Piius indicate that he (or another of the male colossi) was about four times life size, nude, and seated. His head, turned strongly to his left, was diademed with a plain fillet, and he likely held a sceptre or spear in his left hand. The pose and attributes are those of Zeus, wich recalls the fact already mentioned, that Antoninus was called by the epithet Olyimpios at Sardis. ... As on the colossal portrait of Titus from Ephesos, the mouth is slightly open, conveying the ideal of an inspired ruler; that and the turn of heas produced a dynamic effect. ... This idiosyncratic portrait does not correspond exactly with any one portrait type of any Antonine or Severan emperor. Still, the colossus of Antoninus Pius shows that idiosyncratic likenesses conforming to no exact type should be no surprise here. The physiognomy is quite dissimilar to Marcus Aurelius'mature portraits, in which an abundant moustache (like that of his reidentified Sardian colossus) always covers the upper lip."
↑"One could also view the two shining white cylinders as simply a monumental base for the statue of Augustus, whose proportions must have been colossal, to match those of the Mausoleum. That such colossal statues of Octavian did in fact exist in Rome at this time is attested by a head about 1.3 meters high, in the Cortile della Pigna of the Vatican. In spite of the baroque restoration of many locs of hair, it is clear that the head belons to Augustus's earliest portrait type, and the sharp and bony features of the youthful portraits are unmistakable. Since the head must have belonged to another statue, not the one on the Mausoleum, it is further evidence for the unprecedented claims Octavian was making for himself at this time." (Paul Zanker, The Power of Images in the Age of Augustus, pg. 76).
↑Una estatua gigante para Mao - Una efigie dorada de 37 metros en una zona rural china, El País, 5 de enero de 2016: "Una gigantesca estatua dorada que representa al “Gran Timonel” sentado en actitud de reposo está recibiendo estos días los últimos toques en lo que hasta ahora había sido tierra de cultivo en el condado rural de Tongxu, en la provincia de Henan. La imagen, de 37 metros de altura —apenas nueve menos que la estatua de la Libertad en Nueva York— ha costado tres millones de yuanes (unos 423.000 euros) y ha sido sufragada principalmente por empresarios de la región, aunque los habitantes del pueblo también han participado, según el Diario del Pueblo. La construcción de la efigie, fabricada con acero y cemento, ha durado nueve meses." La estatua gigante de Mao es derribada por carecer de “permiso”, El País, 8 de enero de 2016.
China levanta en Tíbet la mayor estatua en tributo a Mao: "en el centro de la ciudad tibetana de Gonggar, a cien kilómetros al sur de la capital de la región autónoma de China, informa la agencia oficial Xinhua. ... El monumento es el de mayor tamaño en toda China en tributo a Mao. Mide 7 metros de altura y descansa bajo un pedestal de otros 5 metros. Pesa 35 toneladas y está preparado para resistir los embates de cualquier fenómeno de la naturaleza, desde un terremoto hasta una tormenta de rayos. "Para proteger la estatua, hemos añadido un pararrayos y reforzado la base, para que el presidente Mao pueda resistir terremotos de hasta 5,5 en la escala Richter", ha explicado un responsable del Partido Comunista en la zona. La estatua llegó a Gonggar hace un mes procedente de la provincia de Hunan, pero sólo hoy han empezado los obreros a erigirla en su plaza de Shangcha. "Tiene un gran significado porque se trata de la primera estatua de Mao Zedong en el Tíbet", ha declarado un funcionario del gobierno del distrito de Gonggar."" (posibles imágenes [1][2][3]Archivado el 25 de enero de 2016 en Wayback Machine.).
Yet, according to Moore, when holding a maquette in this way, he was ‘seeing and feeling it as life-size’: ‘in my mind there’s never any change of scale at all’. The difference in scale between hand-held object and towering final sculpture is denied, and equally the difference in scale between small maquette and sculptor’s hands is overlooked. This paradoxical holding of the life-size within his hands is indicative of an apparent contradiction within Moore’s approach to the issue of scale. On the one hand, there is Moore’s persistent use of enlargement, which from the late 1960s was often achieved through the use of polystyrene models. On the other, there is the declaration from Moore that to him as sculptor, no change of scale occurred between a hand-held model and its colossal counterpart.2 Scale was paradoxically the same at any size. This essay will propose that there are several explanations for this apparent contradiction – explanations that reveal much about Moore’s attitude to scale, artistic vision, distance, and the socio-historical conditions in which he worked.
George Hersey, The Monumental Impulse: Architecture's Biological Roots, pg. 104: "Territorial Colossi - ... the notion of buildings as huge organisms. A creature-shaped building would be an extended phenotype. ... European modernism can also conceptualize buildings this way. The German architect Frei Otto is as biological as Gaudí, or more so."