Compañía General del Comercio del BrasilLa Compañía General del Comercio del Brasil fue una empresa mercantil monopolística creada por la Corona portuguesa en 1649 para favorecer el comercio entre Brasil y la metrópolis portuguesa.[1] CreaciónLa creación de la compañía se hizo el 10 de marzo de 1649.[1] Su objetivo declarado era fomentar el comercio entre Brasil y la metrópoli portuguesa.[1] Tenía permiso para actuar en la costa brasileña entre Río Grande del Norte y San Vicente.[1] Los accionistas, en la práctica comerciantes de alto nivel económico, se comprometían a mantener una flota de guerra de treinta y seis buques que debía servir para escoltar a los mercantes que dos veces al año viajarían entre Lisboa y Bahía.[1] La compañía obtuvo a cambio el monopolio de exportación de palo de Brasily de la compraventa de algunos artículos esenciales (harina de trigo, vino, aceite y bacalao) durante veinte años.[1] El resto de exportaciones brasileñas quedaban obligadas a viajar en convoyes, que debían pagar los exportadores.[1] La administración empresarial quedaba a cargo de una junta de nueve miembros escogidos cada tres años por los accionistas.[1] Reacciones y operacionesLa formación de la compañía suscitó las protestas de los pequeños comerciantes portugueses, tanto en Europa como en América.[1] Sin embargo, la empresa atrajo inversores rápidamente y el primer viaje comercial zarpó de Lisboa el 4 de noviembre de 1649.[1] En América, la imposición de la empresa monopolística socavó las simpatías de los colonos brasileños por la dinastía de Braganza.[2] Fin del monopolioLa Corona portuguesa acabó con el monopolio de la compañía el 9 de mayo de 1659, primer paso para su desmantelamiento.[3] Su sistema de administración se cambió el 15 de diciembre de 1662: a partir entonces, el presidente y seis de los miembros de la junta de administración serían nombrados por la Corona, y debían ser nobles.[3] Finalmente, la Corona expropió la compañía, indemnizando a los accionistas con juros al 5 % de interés.[3] Estas medidas buscaban controlar a los conversos, en parte ya emigrados a Inglaterra y a Holanda y favorecer tanto a la nobleza como a los comerciantes cristianos viejos.[3] ReferenciasBibliografía
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