Gillespie, junto con Charlie Parker, fue una de las figuras más relevantes en el desarrollo del bebop y del jazz moderno. Durante toda su vida fue un incansable experimentador de la música afroamericana, lo que le llevó a experimentar con el jazz afrocubano, colaborando con percusionistas como Chano Pozo.[1] También experimentó en otros géneros como el calipso, la bossa nova y colaboró con músicos externos al mundo del jazz como Stevie Wonder.
En sus primeros años trabajó con las big bands de Cab Calloway y Earl Fatha Hines. En 1945 colaboró con el saxofonistaCharlie Parker, grabando algunos de los más revolucionarios temas de la historia del jazz. Gillespie y Parker se conocieron en Kansas City, en una habitación de hotel, y no pudieron dejar de tocar. Gillespie dijo sobre ese encuentro: «teníamos ideas gemelas y era difícil distinguir lo que provenía de mí, de lo que venía de él». En ese encuentro nacía el bebop, con recordados espectáculos en el bar Minton's.[cita requerida]
Parker y Gillespie, ambos considerados grandes genios del jazz, siguieron caminos separados: Parker fue inigualable en pequeñas formaciones, más tarde quedó marginado por su inestabilidad emocional, sufriendo una muerte prematura; Gillespie ofreció lo mejor de sí frente a grandes formaciones, convirtiéndose en una de las figuras más reconocidas del jazz. La fama de este se acrecentó con su fuerte personalidad y sus espectáculos personales entre los que se destaca su habilidad para el scat, los instrumentos de percusión centroamericanos y sus apariciones entre las que se destaca su postulación a la presidencia de los Estados Unidos en 1964.
Fue uno de los primeros jazzistas afroestadounidenses en integrarse en 1947 en el jazz afrocubano creado por Mario Bauzá,[1] en la orquesta de Machito en 1943. Fusionó todo tipo de músicas, pero especialmente las de raíces africanas. Visitó con su música numerosos países y apadrinó a músicos de muy diversas nacionalidades que en varios casos llegaron a adquirir renombre.
Dizzy Gillespie en 1988.
Su sello identificativo como trompetista fueron sus sorprendentes mofletes y su trompeta torcida, de esto último escribiría: «Lo cierto es que la forma de mi trompeta fue un accidente. [...] Me dejé la trompeta en un soporte para trompetas y alguien le dio una patada, y en lugar de caerse, la trompeta se dobló».[3]
Tras esto, comenzó a usar trompetas fabricadas especialmente para él con la campana saliendo a 45° del cuerpo del instrumento. En 1986, donó una de ellas, una Silver Flair de la marca King, al National Museum of American History.[4]
↑Dizzy: To Be or Not to Bop, Autobiography of Dizzy Gillespie with Al Fraser. En
Lincoln (2008). Jazz Covers. TASCHEN. ISBN978-3-8365-0380-8.|autor= y |apellido= redundantes (ayuda)