Educación para el trabajoLa educación para el trabajo (EPT) desde la concepción humanista, corresponde al componente formativo indispensable para que el hombre y la mujer proyecten su ser. Desde esta visión antropológica, la separación del individuo y la praxis no puede ser posible, porque en el trabajo reside nuestra forma de ser y de vivir, es la manera en que nos constituimos como personas.[1] Revaloriza al trabajo humano desde la perspectiva de la educación, la formación y el desarrollo de la fuerza laboral y lo concibe como la herramienta a través de la cual los hombres y mujeres recrean y transforman la realidad a través de una relación mutua.[2] Propósitos fundamentales
Dimensión PsicosocialLa valoración asignada al trabajo ha mutado con el paso del tiempo, el hombre que antes consideraba esta una actividad negativa, al llegar la Edad Media le asigna valores positivos, llegando a considerarse obligación moral.[4] Con la revolución industrial se institucionalizó la noción del trabajo como necesidad para la subsistir y además, alcanzar satisfacción personal y realización psicológica.[5] Véase tambiénReferencias
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