El hombre con rayos X en los ojos
El hombre con rayos X en los ojos (X) es una película de ciencia ficción de serie B dirigida por Roger Corman y con actuación de Ray Milland. Fue estrenada en el año 1963. ArgumentoEl Dr. Xavier desarrolla unas gotas destinadas a aumentar la gama de la visión humana, lo que permite ver más allá de lo "visible" del espectro en los rayos ultravioletas y de rayos X. Convencido de que los ensayos en animales y voluntarios son en vano, él empieza a probar las gotas en sí mismo. Inicialmente, Xavier descubre que puede ver a través de la ropa de la gente, y utiliza su visión para salvar a una joven cuyo problema médico fue mal diagnosticado. Con el tiempo y el uso continuo de las gotas, la capacidad visual de Xavier aumenta, pero su capacidad para controlarla disminuye, impidiéndole ver el mundo en términos humanos, solo en las formas de luces y texturas que su cerebro es incapaz de comprender plenamente. Incluso cerrando los ojos puede ver a través de sus párpados. Su comportamiento se vuelve cada vez más errático, y sus colegas suponen que se está volviendo loco. Después de matar accidentalmente a su amigo oftalmólogo, Xavier se da a la fuga, usando su visión de rayos x para trabajar en un circo y luego para ganar en los juegos de azar en un casino. Los ojos de Xavier se alteran junto con su visión: en primer lugar se vuelven de color negro y plata, y finalmente negros por completo. Para ocultar su apariencia sorprendente, en todo momento lleva gafas de sol oscuras. Al final de la película, Xavier conduce por el desierto y entra en un oficio religioso. Le dice al pastor que está empezando a ver las cosas en los bordes del universo, incluyendo un "ojo que nos ve a todos" en el centro del universo. El pastor le responde que eso que ve es «el pecado y el Diablo», y le declama una cita bíblica: «Si tu ojo te ofende, ¡arráncalo!». Xavier se arranca los ojos para no poder ver nada más. Reparto
Final alternativoEn un muy rumoreado final alternativo, el Dr. Xavier se arranca los ojos pero grita, desesperado: «¡Aun puedo ver!». Aunque ese fragmento nunca ha sido encontrado, el director Corman asegura que rodó esa escena. El escritor estadounidense Stephen King (1947-) cita este final en su ensayo Danza macabra (1981) sobre el terror en el cine. PremiosEl film ganó el premio Silver Spaceship de 1963 en el Festival Internazionale del Film di Fantascienza, en la ciudad de Trieste (Italia).[1][2] Referencias
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