Debido al deseo del presidente del Gobierno, José María Aznar, de que el nuevo Gobierno tomase posesión antes de las festividades de Semana Santa, las elecciones fueron anticipadas tres semanas, ya que debían haberse celebrado el 2 de abril.
Campaña y sondeos
Con el eslogan "Vamos a más", el Partido Popular presentó un programa continuista respecto a la anterior legislatura, que fue la de mayor reducción del desempleo de la democracia. Aznar prometió convertir los avances económicos de España —en los que se incluye la entrada del país en la moneda única— en más inversión en educación, infraestructuras, nuevas tecnologías, cultura y medio ambiente.[2]
Desde la oposición, el PSOE criticó que el crecimiento económico de España no estaba revirtiendo en la mejora de los servicios públicos: mientras los beneficios empresariales —entre ellos, de las empresas privatizadas por Aznar en su primera legislatura— se disparaban, España era el país de la Unión Europea que menos invertía en gasto social, y sólo se habían bajado los impuestos a las rentas más altas.[3]
En la tercera fuerza, Izquierda Unida, el nuevo candidato Francisco Frutos dejó las campañas de hostilidad con el PSOE que protagonizó el anterior líder Julio Anguita e inició una política de acercamiento, que culminó un mes antes de las elecciones con un acuerdo con los socialistas para compartir listas al Senado en 27 provincias y apoyar a Almunia en la investidura.[4]
El triunfo por mayoría absoluta del Partido Popular fue percibido por los medios como una sorpresa,[5] puesto que las encuestas pronosticaban un resultado para el PP mejor que el de 1996, pero sin llegar a alcanzar a la suma de PSOE e IU.[6][7] Tras el escrutinio, el centro-derecha superó por primera vez la suma de las fuerzas de izquierda desde la restauración de la democracia en España y se hizo con 183 escaños.
Los resultados supusieron la derrota más dura para el PSOE en veinte años, con sólo 125 parlamentarios. Para IU el correctivo fue aún más duro: perdieron la mitad de sus votos y dos tercios de sus diputados y empezaron una crisis de resultados que duró más de una década, sin volver a crecer en votos y superar los 10 escaños hasta 2011.[8]
El miércoles 26 de abril de 2000 José María Aznar fue investido Presidente del Gobierno por segunda vez, gracias a la mayoría absoluta de su partido. También apoyaron a Aznar sus socios de la anterior legislatura, CiU y Coalición Canaria. Hasta la fecha de hoy, esta ha sido la única votación de investidura exitosa en la que los 350 diputados electos votaron sí o no, sin que se produjeran abstenciones o ausencias.[9]
26 de abril de 2000 Mayoría requerida: Absoluta (176/350)
Sí
183
15
4
202/350
No
125
8
7
3
1
1
1
1
1
148/350
Abs.
0/350
Notas
↑El presidente del Gobierno es elegido por el Congreso de los Diputados, de acuerdo a lo establecido en la Constitución:
Artículo 99.
Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.
Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Artículo 100.
Los demás miembros del Gobierno serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su Presidente.