Evaristo García Torres
Evaristo García Torres (Santo Domingo de la Calzada, 26 de octubre de 1830 – Sevilla, 18 de diciembre de 1902) fue un compositor y maestro de capilla español.[1] VidaEvaristo García Torres nació en Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja, el 26 de octubre de 1830, a las cuatro y media de la tarde. Hijo de Manuel García, nacido en Belorado, y Feliciana Torres, de Briones. Su formación musical la realizó como mozo de coro en la Catedral de Burgos, bajo el magisterio de Francisco Reyero, en el Colegio de la Santa Cruz, donde fue admitido en 1839. A los 22 años se ofreció para ocupar algún cargo en la capilla musical de la catedral de Burgos, pero el ofrecimiento fue ignorado.[1] Magisterio en PalenciaEn 1852, poco después, se desplazó a León para realizar las oposiciones al magisterio, sin éxito, y en marzo de 1853, cuatro meses más tarde, se desplazó a Palencia para examinarse para el cargo de maestro de capilla como único candidato, esta vez con éxito. Finalmente el 16 de febrero de 1854 le fue concedido el beneficio de maestro de capilla de la Catedral de Palencia. El retraso de casi un año llevó a García Torres a plantearse participar en las oposiciones al magisterio de la Catedral de Granada. García Torres escribió al cabildo para agradecerle el gesto:[1]
La Catedral de Palencia acababa de pasar casi dos décadas de dificultades económicas —véase desamortización española— que había llevado a no tener maestro de capilla desde Jaime Nadal Acero en 1834.[2] García Torres comenzó por realizar un informe del estado de la capilla de música y reorganizar la música, y, de hecho, se decidió traer músicos y cantores externos, pagándoles 6 reales por función. Juzgó numerosas oposiciones para ocupar los cargos de nuevos instrumentistas. Hacia 1858 las cuentas del obispo muestran una recuperación y se pudo celebrar la Semana Santa con todos los fastos necesarios, igualmente se hizo con la festividad de San Antolín de 1860. En 1859 fue nombrado Rector del Colegio de Internos, cargo que cumpliría a satisfacción del cabildo.[1] Parece que no era la intención de García Torres quedarse por mucho tiempo en Palencia, como demuestra el hecho de que incluso antes de partir a su nuevo destino, en 1853, ya se interesase por el magisterio de Granada. A los seis meses de llegar a Palencia se interesó de nuevo por el cargo en Granada. No hay indicios de ello en las actas capitulares, pero las continuadas solicitudes de dispensa para presentarse a oposiciones es un indicador claro. En 1857, tras una nueva convocatoria, el cabildo granadino le permitió hacer los ejercicios en Palencia. Se enfrentó a diez candidatos, entre los que se contaban Francisco Ruiz de Tejada, maestro de la Catedral de Jaén; Bernardo Cartón, maestro de la Catedral de Santander; Hilario Prádanos, maestro de la Catedral de León; y Juan Frallero, maestro de la Catedral de Astorga. Estos tres últimos también realizaron sus ejercicios a distancia. Quedaría ganador el diácono Antonio Martín Blanca. En junio de 1858 se presentó a las oposiciones de la Seo de Zaragoza, sin éxito.[1] Magisterio en LeónTras la partida de Hilario Prádanos a Zaragoza en 1859, el cabildo de la Catedral de León convocó las oposiciones, que se celebraron entre finales de 1859 y principios de 1860. Se presentaron Nicolás Alonso Ruiz, presbítero; Juan Frallero, entonces todavía maestro de la Catedral de Astorga; Ramón Miret, maestro de capilla interino en la Catedral de Sevilla; además de Evaristo García Torres. Finalmente García Torres fue nombrado maestro de capilla y beneficiado en León el 13 de abril de 1860. En León tampoco terminó de entenderse con el cabildo, sobre todo en cuestiones de dotación de la capilla, ya que se tuvo que suplir alguno de los instrumentistas por vacancias y ausencias. Solo permanecería en el cargo hasta 1864.[1] Magisterio en SevillaEl 15 de febrero de 1864 falleció el presbítero Antonio Espinosa, dejando vacante un beneficio, que se decidió unir al cargo de maestro de capilla. El 20 de mayo de 1864 se publicaba la convocatoria para las oposiciones, por las que García Torres mostró interés por carta el 19 de junio. Tras un largo intercambio de cartas entre Sevilla y León y la eliminación de dos candidatos —Juan José de S. Juan, sacerdote de Ávila, y Ramón Miret, maestro de seises en Sevilla, el mismo que García Torres había vencido en León—, García Torres fue el único candidato restante para la plaza. El 14 de julio de 1864 se realizaron las pruebas, que consistieron en: la primera en una composición de cinco versículos del salmo 136, «unos a cuatro y ocho voces con gran orquesta, otros a tres voces acompañados de clarinetes, trompas y fagotes, y otro a voces solas», todo en 24 horas; la segunda en una fuga a cuatro voces con acompañamiento de órgano y otra a ocho voces reales en dos coros, en diez horas; la tercera en la composición de un motete a voces solas de no menor de cincuenta compases, también en 10 horas; y finalmente la cuarta fue la composición de dos antífonas y un himno gregoriano, además de una breve memoria o programa para enseñar composición, todo ello en dos horas. En opinión del jurado:[1]
El 12 de octubre de 1864 tomaba posesión del cargo y el 17 de octubre se le concedió la colación. La ceremonia se describe de la siguiente manera:[1]
En Sevilla, García Torres tuvo que lidiar con la inestabilidad de los últimos años del reinado de Isabel II. Desde la primera mitad del siglo XIX la capilla de música hispalense había ido perdiendo músicos y reajustando las plazas. Los diferentes planes para la reforma y supervivencia de la capilla tuvieron que ser asumidos por García Torres. Consiguió a base de esfuerzo y entrega, inclusive la aplicación de su propio dinero, mantener el funcionamiento digno de la capilla de música.[1] Durante los 30 años de su servicio residiría en el Colegio de San Miguel.[1] Fue profesor de Joaquín Turina a quien enseñó composición y de Manuel Font Fernández de la Herranz.[3] Durante la etapa final de su magisterio en Sevilla consiguió la ayuda de un maestro de seises que le apoyaría en la educación de los seises. El 5 de junio de 1895 se leyó una solicitud de jubilación de García Torres en el capítulo hispalense, que le fue concedida en octubre de 1895. Sin embargo, el cabildo siguió dándole todas las responsabilidades. De hecho, el 15 de enero de 1901 el cabildo se quejaba a García Torres del mal estado de la capilla de música y le exigía un plan de mejora, a lo que el maestro respondió en 11 de febrero recordando al cabildo que estaba jubilado y que por lo tanto no tenía obligación ninguna de cumplimiento de las cargas del beneficio. Poco después, García Torres se disculpaba frente al cabildo y aceptaba las solicitudes acordadas. El maestro continuó teniendo problemas con el cabildo y los músicos hasta que el 13 de febrero de 1902 llegan las primeras noticias de que ya no está al frente de la capilla de música, ausente por enfermedad, el tenor se encargó de la interinidad. Evaristo García Torres fallecería en Sevilla el 18 de diciembre de 1902, a la una y treinta de la tarde.[1] ObraEscribió numerosas obras musicales de carácter religioso, entre ellas misas, motetes, responsorios y antífonas, también Bailes de Seises que se continúan interpretando en determinadas fechas en la Catedral de Sevilla. Publicó el libro Método teórico-práctico de cantollano simplificado, editado en Palencia en 1858.[4][3] Bailes de SeisesEscribió al menos cinco composiciones destinadas al baile que realizan los seises en el altar mayor de la Catedral de Sevilla:
HomenajesEn 1911 Joaquín Turina le dedicó el tercer número de su obra para piano Rincones de Sevilla, titulado Danza de seises en la Catedral. Referencias
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