El ferrocarril en Chile es un medio de transporte utilizado tanto para la movilización de carga como de pasajeros, especialmente en la zona centro y sur del país.
El 25 de diciembre de 1851 fue inaugurado el Ferrocarril Caldera-Copiapó, la primera línea de este medio de transporte en el país, siendo a la vez una de las primeras en Sudamérica. Luego de esta obra le siguieron diferentes líneas construidas a lo largo del país, como por el ejemplo el Ferrocarril de Valparaíso a Santiago (1863), la línea Tongoy-Tamaya (1867) o el Ferrocarril del Sur; esta última vía, destinada a conectar Santiago con Chillán, fue adquirida por el Estado en 1873 y sirvió como base para que en enero de 1884 se creara la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE).[1] Posteriormente, durante las primeras décadas del siglo XX se inició la extensión hasta Puerto Montt, quedando configurada esta línea con la denominación de Ferrocarril Longitudinal Sur.[2]
En el gobierno de José Manuel Balmaceda se adquirieron diversas líneas de ferrocarriles particulares desde Valparaíso al norte y se iniciaron los proyectos para conectar varios de estos y crear una línea que uniera el norte con el centro del país. Luego de varias décadas de construcción, el 21 de noviembre de 1913 quedaron unidas todas las secciones de dicha vía mediante un acto en la estación Incahuasi y se creó el ferrocarril Longitudinal Norte, que inicialmente unía las estaciones de La Calera y Pintados; en 1928 la vía fue extendida hasta Iquique mediante una nueva línea —hasta dicha fecha la única vía que unía ambas localidades era el Ferrocarril Salitrero de Tarapacá, perteneciente a privados—.[3][4]
Ya entrado el siglo XXI se han presentado diversas iniciativas para recuperar parte de la infraestructura ferroviaria o construir nuevas líneas, como por ejemplo el tren rápido Santiago-Valparaíso. En 2017 fue aprobado un plan trienal para EFE que involucra principalmente la creación de nuevos servicios de pasajeros y la renovación de material rodante.[8][9]
Infraestructura
Ancho de vía
Históricamente no existió uniformidad en los anchos de vía de cada línea o ramal ferroviario existente en el país. Las grandes redes ferroviarias de Chile, especialmente la que pertenece a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (con una trocha de 1676 mm), generaron que buena parte de las vías fueron posteriormente estandarizadas a su trocha.
Los anchos de vía existentes en la actualidad en los ferrocarriles chilenos son los siguientes:[10][11]
↑Pese a que Fepasa opera en gran parte de la red central sur de Chile usando su propio material rodante, las vías son propiedad de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado.
↑Pese a que Transap opera en zonas de alto tráfico de carga dentro de Chile usando su propio material rodante, las vías son propiedad de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado.
↑Este servicio también presenta eventos turísticos.
↑Marín Vicuña, Santiago (1916). Ian Thompson, ed. Los Ferrocarriles de Chile. Santiago de Chile: Cámara Chilena de la Construcción. Consultado el 4 de abril de 2020.
↑«Un hito ferroviario». El Mercurio. 23 de noviembre de 2013. «El 23 de noviembre de 1913 un último perno —uno de oro— fijó los rieles de las líneas “Norte” y “Sur” del Ferrocarril Longitudinal, “uniendo para siempre, en un sólido brazo de acero, los más apartados confines de nuestro territorio”.»
↑Guajardo, Guillermo (2007). Tecnología, Estado y ferrocarriles en Chile (1850-1950). México D.F.: Universidad Autónoma de México.