Fondo de reptilesSe conoce como fondo de reptiles los sobornos que los gobiernos destinan a periódicos y periodistas. Por extensión, también puede referirse a los fondos que los gobiernos destinan a comprar voluntades, o a los sobornos a periódicos por parte de entidades no gubernamentales. El origen de la acepción se remonta a 1866 y se debe al canciller Otto von Bismarck. Tras ganar la guerra austro-prusiana, uno de sus oponentes, aliado de Austria, el Rey Jorge V de Hannover, tuvo que exiliarse dejando atrás su fortuna, que quedó a merced de Prusia. Mediante un Real Decreto se creó con ella un fondo secreto al que únicamente tenían acceso el Rey Guillermo I de Alemania y el propio Bismarck, y que fue destinado a actividades de propaganda, para apoyar económicamente toda una red de prensa, dentro y fuera de Alemania, que fuera contraria a sus oponentes y favorable a sus intereses. Su frase “Utilizaré su dinero para perseguir a estos reptiles malignos hasta sus propias cuevas”[1] puso nombre a una práctica que se estaba consolidando ya en el siglo XIX y que adquirió mayor relevancia con el éxito de la campaña emprendida por Bismarck. En el siglo XX la frase "fondo de reptiles" se popularizó asociada a las prácticas de los Estados Unidos y sus servicios de inteligencia en su relación con los medios de comunicación y periodistas, a los que sobornaban para asegurarse una opinión favorable ante sus actividades y políticas.[2] En la actualidad se da por hecho que los fondos de reptiles existen:
El fondo de reptiles en el teatro españolExiste una mención al fondo de reptiles en el teatro de Ramón Valle-Inclán. Luces de Bohemia, escena octava:
ReferenciasBibliografía
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