Francia fue anfitriona de la primera Eurocopa de la historia. La fase final comenzó desde las semifinales. Tras clasificarse sin incidentes para la fase final, la selección francesa tuvo bajas importantes como Raymond Kopa y Just Fontaine para enfrentarse a la selección de Yugoslavia. Los anfitriones ganaban por 4-2 pero los balcánicos remontaron en el último cuarto de hora, finalizando el encuentro por 4-5 a favor de Yugoslavia. En lo que sigue siendo el partido con más goles en la historia de la competición.[1]
En el partido por el tercer lugar, Francia perdió por 2-0 frente a Yugoslavia, despojando a los anfitriones del podio.[2]