Frédéric Schiffter
Frédéric Schiffter, nacido en 1956, es un filósofo y escritor francés. BiografíaFrédéric Schiffter nace en el Alto Volta (actual Burkina Faso).[1] Vuelve a Francia tras el fallecimiento de su padre cuando tiene diez años.[2] Pasa su juventud en Biarritz. Ha enseñado la filosofía en varios institutos del País vasco. PensamientoSchiffter, que pertenece a la escuela de los pensadores escépticos y pesimistas, en particular Montaigne y Arthur Schopenhauer, considera que un pensamiento filosófico no tiene vocación de proporcionar a los hombres visiones del mundo, ni de hacerles entrever una vida feliz, un desarrollo de sí mismos, una espiritualidad optimista, ni sentimientos virtuosos, pero, por el contrario, a riesgo de desmoralizarlos, de dilucidar ciertos aspectos de su condición trágica. Su reflexión, esencialmente crítica, se declina en tres conceptos clave: el «chichi», el «blabla» y el «gnangnan». 1- El «chichi» (concepto tomado de Clément Rosset[3] en su libro Le Réel et son double[4]) designa la actitud consistente en no percibir lo real o en desacreditarlo por la propia crueldad - de su esencia trágica. Tanto en los filósofos como en los no filósofos, el «chichi» se expresa como el rechazo de la casualidad, del tiempo, de las pasiones devastadoras y de la muerte. 2- El «blabla» define todo tipo de discurso que sirva para diluir lo real y, por lo tanto, para hacer creer a la realidad de lo irreal. Por ejemplo, para negar el caos, el dolor y la violencia de la existencia, muchos «blablas» filosóficos y/o éticos utilizan las palabras vagas pero seductoras de «mundo», de «naturaleza», de «felicidad», de «humanidad», de «justicia» que se convierten en objetos de creencia o esperanza. El «blabla» es la formulación doctrinal o teórica del «chichi». 3- El «gnangnan» califica una forma de altruismo cuyo resorte es la indignación mezclada de sensiblería contra lo trágico que golpea a las multitudes humanas y rebautizada con el «Mal» (terrorismo, catástrofe natural, guerra civil, epidemia, etc.). Dando lugar a muchos «blablas» morales, políticos, religiosos, mediáticos, entre otros, el «gnangnan» permite a los individuos, dirigidos en tiempo ordinario hacia el hedonismo egoísta y consumista, sentirse buenos, justos e indispensables - del lado del Bien. Debido a su crítica de las ilusiones y las creencias, Frédéric Schiffter duda del impacto de su pensamiento desmitificador.
(cita extraída de Le Bluff éthique). Obras
Traducidos en español
Prefacios
Véase tambiénReferencias
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