Ignacio Ameller y Ros
Ignacio Ameller y Ros (Barcelona, 8 de junio de 1769-Barcelona, 15 de septiembre de 1843) fue un médico español.[1] BiografíaHijo de Juan Ameller y Mestre, cursó medicina en la Universidad de Cervera.[1] En 1778 le fue concedido un beneficio perpetuo simple eclesiástico en la parroquial iglesia de la villa de Llivia, obispado de Urgel.[1] Hizo oposiciones en marzo de 1792 a una plaza de médico velador del Hospital General de Barcelona y fue nombrado médico de segunda clase.[1] El 21 de marzo del año siguiente se graduó de doctor en medicina en dicha universidad, nullo censorum discrepante.[1] En virtud de reales órdenes, que recibió el intendente de Cataluña, Juan Miquel de Indart, fue elegido y nombrado médico de los reales hospitales del ejército de campaña del Rosellón el 29 de abril de 1793; así, se trasladó, por orden de sus jefes, a la villa de Figueras para la curación de los enfermos de los hospitales militares.[1] Fue nombrado primer médico y médico de número el 1 de octubre de ese año y prestó sus servicios facultativos en los hospitales de Perelada, San Felíu de Guixols, Gerona, La Escala, Calella y Arenys de Mar.[1] Como recompensa de los servicios prestados en campaña, se le concedió en 1796 una pensión de dos mil reales.[1] Cursó posteriormente cirugía en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona, donde se graduó de licenciado y doctor en 1798.[1] Ese mismo año opositó a la cátedra de Materia Médica del Real Colegio de Cirugía de San Carlos, en Madrid, y por los conocimientos que demostró en este acto le fueron aprobados los ejercicios.[1] Fue nombrado en 1799 catedrático de Química de la facultad de Salamanca, y en 1804, del Colegio de Medicina de Burgos.[1] El 5 de septiembre de 1807 se le dio posesión de una plaza de catedrático supernumerario del de Barcelona, del que fue elegido director.[2] Fue, asimismo, individuo de número de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona y presidente honorario en 1842 de la Sociedad de Emulación Médica.[3] Falleció en la ciudad condal el 15 de septiembre de 1843, a los 74 años de edad.[3] La citada real academia celebró en igual fecha del año siguiente una solemne sesión necrológica dedicada a honrar su memoria. En ella, Joaquín Gil y Bores leyó su elogio histórico y Rafael Nadal y Lacaba pronunció «el último adiós a los manes del finado».[3] El publicista y médico Emilio Pi y Molist, en el discurso que leyó en la Real Academia de Medicina de Barcelona el 25 de enero de 1875, dijo de él lo siguiente:[3]
ObrasAmeller y Ros escribió, entre otras, las siguientes obras:[4]
Referencias
Bibliografía
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