Impuesto sobre los bienes personales (Argentina)El Impuesto sobre los bienes personales es un impuesto sobre el patrimonio que los individuos y las sucesiones indivisas deben pagar en Argentina.[1] Consiste en una alícuota de 0,50% a 1,25% para los bienes que exceden una riqueza total de 3 millones de pesos argentinos.[2] HistoriaEl impuesto sobre los bienes personales fue creado en 1991, durante el gobierno de Carlos Menem, como un tributo temporal que regiría durante nueve años.[3] Durante el gobierno de Néstor Kirchner el monto no imponible se mantuvo congelado en $102.300. En 2007 fue elevado por ley a $305.000, base que rigió hasta el final del mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Este congelamiento de los montos, sumado a la inflación, ocasionó que año a año más personas se vieran alcanzadas por el tributo.[4] En 2018, durante el tercer año de gobierno del entonces presidente Mauricio Macri, se realizó una reforma de la ley, que elevó el mínimo imponible de $1.050.000 a $2.000.000. Además la vivienda del contribuyente se dejó fuera el tributo mientras tuviera un valor de hasta $18.000.000 (unos US$300.000 de ese momento). De esta manera en particular la escala terminó quedando determinada de la siguiente manera:[4]
Mediante la Ley de Emergencia Económica que impulsó Alberto Fernández al asumir el gobierno se dispuso un aumento de las alícuotas que van desde 0,50 a 1,25%, con una duplicación de tasas en caso de que los activos se encuentren radicados en el exterior.[2] Referencias
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