Jens Ferdinand Willumsen
Jens Ferdinand Willumsen (Copenhague, 1863 - Le Cannet,[1] 1958) fue un artista danés. Es reconocido principalmente por su obra pictórica, pero también sobresalió como escultor, arquitecto, ceramista, fotógrafo, y fue un reconocido grabador. Asociado al simbolismo, al expresionismo y al grupo de los nabis, Willumsen vivió casi toda su vida en Francia. Allí entró en contacto con pintores como Odilon Redon o Paul Gauguin. También se vio influenciado por las obras de los grupos artísticos centroeuropeos Die Brücke y Der Blaue Reiter así como del pintor renacentista El Greco. Las experiencias estéticas en sus viajes por Europa, África del Norte y Estados Unidos fueron otros parámetros de su producción estética. BiografíaEstudió en la Academia Real de Bellas Artes de Dinamarca (Den Kongelige Danske Kunstakademi) de 1881 a 1885. A partir de ese año continuó su formación en la Asociación Independiente.[2] Sus pinturas naturalistas, cercanas a la estética del francés Jean-François Raffaelli,[3] ya le habían permitido alcanzar cierta celebridad, en particular a través de óleos como La vie du lavoir (La vida en el lavadero) y Jour d'hiver à Montmartre (Día de invierno en Montmartre). En 1888, sin embargo, una exhibición de arte contemporáneo francés lo llevó a abandonar Dinamarca para dirigirse a París y España, una decisión que marcó la evolución posterior de su estética.[4] En Bretaña en 1890 conoció a Paul Gauguin, quien le enseñó las técnicas de preparación del lienzo, a mezclar los colores, a tallar las placas de madera, y a decorarlas en policromía,[5] familiarizándolo con la estética de Pont-Aven, marcada por los paisajes de Finisterre, lo cual se ve reflejado en óleos y esculturas de Willumsen, en particular en sus autorretratos en cerámica.[6] También conoció a Thomas Carlyle[6] y a Paul Serusier, quien le presentó el grupo de los nabis, que dejará una huella profunda en su estética, siendo particularmente relevante el contacto con la obra del suizo Félix Vallotton.[3] Bajo su influencia y la de Odilon Redon, a quien conoció el mismo año gracias a Theo van Gogh,[1] la obra de Willumsen pasó a su segunda fase. Durante este periodo también estuvo en contacto con el cloisonismo y el sintetismo.[7] Su imaginación, favorecida por nuevas ideas sobre la evolución de la naturaleza, produjo impresionantes pinturas decorativas, así como sutiles relieves de madera con colores y metales aplicados.[5] En 1893 el autor asistió asimismo a la Exposición Mundial Colombina de Chicago, durante un viaje a los Estados Unidos que también fue fundamental en su evolución artística.[4] Junto a Vilhelm Hammershøi y otros artistas, fue uno de los miembros del grupo Den Frie Udstilling,[8] cuyo edificio del parque Aborre diseñó en 1898.[8][5] Desde 1913 Willumsen desarrolló una nueva paleta de colores, que se vio reforzada por sus visitas a Túnez y a España en 1914 y 1915,[5] así como por el descubrimiento de las obras de los artistas alemanes de los grupos Die Brücke y Der Blaue Reiter.[3] El descubrimiento de la obra de El Greco, en particular de su uso de la luz, acentúa la evolución de este período borrando los contornos en aras de una mayor expresividad.[3] En ese proceso accedió a una tercera y última fase, de carácter expresionista en muchos aspectos similar a la de su contemporáneo escandinavo, el noruego Eduard Munch.[5] Las atrocidades de la Primera Guerra Mundial quedan plasmadas en sus obras de este período.[3] Antes de instalarse en el sur de Francia, viajó asimismo por Italia, Suiza y Noruega.[7] ObraWillumsen fue pintor, escultuor, arquitecto, ceramista, fotógrafo, y grabador. En sus obras combinó con regularidad los géneros, en particular el grabado con la pintura y la escultura,[3] aunque también trabajó contemporáneamente en diferentes áreas y en proyectos disímiles.[7] Dentro de los temas recurrentes en sus obras se encuentran la naturaleza como fuerza creadora, trascendente o armoniosa, y su comunicación dinámica con los humanos.[3] Del mismo modo, el autor toma elementos cercanos como su cuerpo o su esposa y su hijo como expresiones de sus reflexiones estéticas. Su Vaso familiar, elaborado entre 1893 y 1928, es una clara expresión de esa temática.[3] Dentro de sus influencias, encontramos también la del arte de culturas antiguas como las de Egipto, Asiria, Grecia, y la China.[4] LegadoEn 1951 se realizó un documental dedicado a su obra, dirigido por el danés Jorgen Roos. Por su parte, el Museo J. F. Willumsen fue abierto en 1957 en la ciudad de Frederikssund, cuando el autor donó a su municipalidad una parte considerable de su obra.[2] En 2005 el Museo abrió una nueva ala dedicada a su obra antigua, tal y como lo estipulaban los términos de la donación.[2] En la actualidad alberga 5000 obras de Willumsen y 2000 de otros autores.[9] En 2006 el Museo de Orsay le dedicó una retrospectiva que incluyó la publicación de un catálogo crítico.[1] Galería
Principales obras
Referencias
Enlaces externos
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