Literatura y revoluciónLiteratura y revolución es un libro de 1924 escrito por León Trotsky. Al discutir varias tendencias literarias presentes en la Rusia entre las revoluciones de 1905 y 1917, Trostky analiza las fuerzas concretas en la sociedad de su tiempo. En el libro, Trotsky explica que desde el ocaso de la civilización el arte ha llevado siempre las señas de la clase dominante y era primariamente un vehículo que expresaba sus gustos y su sensibilidad. Sin embargo, Trotsky procede a argumentar contra la aparentemente obvia conclusión que después de una revolución proletaria, el proletariado como clase dominante debería luchar por crear un arte propio. El 31 de enero de 1924 se legitima con la constitución soviética la unión de la RSFS de Rusia, la RSS de Ucrania, la RSS de Bielorrusia y la RFSS de Transcaucasia de 1922, formando la Unión Soviética. Contenido
Futurismo rusoEl futurismo ruso surge como movimiento poético previo a la Revolución Rusa, por lo tanto, la Revolución los toma por sorpresa, llena sus expectativas de cambio cultural radical, pero sus demandas no son las mismas que las de la Revolución. Al no surgir con esta, el futurismo se queda anclado en la bohemia burguesa de la que surge. En esto se diferencia la Revolución y la vanguardia: mientras que los revolucionarios recuperan la tradición (Hegel, Marx), los vanguardistas pretenden romper completamente con su pasado:
Esta será posteriormente una de las diferencias que separe el arte estalinista y el truncado proyecto de la vanguardia.[2] La recuperación de la tradición constituirá un elemento importante del realismo socialista, mientras que para la vanguardia cualquier tipo de arte anterior merecía un completo rechazo. Los futuristas, además, actúan en el presente como utopistas, respecto a un futuro sin anclaje en el presente, esto es, sin tomar en consideración las condiciones actuales.
Otra de las razones por las que se mantiene atado a la burguesía (y que determina la incomprensión del proletariado) es su individualismo, su subjetivismo, el futurista hace poesía sólo para sí mismo. Acerca de la poesía de Vladímir Mayakovski comenta Trotsky:
Son individualistas también por pensar que la nueva técnica será determinada por ellos mismos y no por la disponibilidad económica de los materiales como ocurría en la arquitectura. Trotski indica que en la modernidad el aparato telefónico sirve a un nuevo tipo de subjetividad, de objetivo social, y, por tanto, es un estilo nuevo. Los escritores futuristas pretenden determinar el objetivo y los estilos (o técnicas de producción estéticas), es decir, quieren crear objetos para quienes no los necesitan o no saben ni pueden usarlos ni consumirlos. Un arte materialista tendría que tomar en cuenta los nuevos objetivos y los nuevos estilos que puede crear en la interacción recíproca de ambos. Así, su idealismo se presenta en tres formas (a) como la prefiguración de un futuro al conducir la praxis política de acuerdo a su cumplimiento futuro, (b) como un estilo de escritura que presupone la libre disponibilidad de la forma para ser sujeta a la voluntad del artista y (c) como una subjetividad, un ego poético que privilegia su afirmación a la formación de una colectividad. Trotski opone a este idealismo una forma de materialismo que no se queda en la rigidez especular de la copia. El arte tiene la posibilidad de modelar la vida, sin embargo, bajo las condiciones que impone la situación de producción artística:
Véase tambiénReferenciasEnlaces externos
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