Abia de la Obispalía
Abia de la Obispalía es un municipio y localidad española de la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. El término municipal tiene una población de 59 habitantes (INE 2024). Su nombre cambia en el momento en el que todas estas tierras son reconquistadas por las tropas cristianas del rey Alfonso VIII, y pasan a ser donadas poco tiempo después a la Catedral de Cuenca y a su obispo. De este modo, la aldea de Abia, antes llamada Sarzola, pasaba a formar parte de los feudos de la Obispalía. A este hecho se debe su nombre posterior: Abia de la Obispalía.[1] GeografíaEsta población se localiza en la confluencia de las tres comarcas conquenses de la Sierra, la Mancha y la Alcarria, a 30 km de Cuenca, y queda situada entre los valles bañados por los ríos del Cuende y Záncara, en la ladera de un pequeño cerro donde se abren gran cantidad de cuevas que se han convertido en uno de los elementos característicos del paisaje de la zona. [1] La localidad se encuentra a unos 30 km de la capital provincial. HistoriaLos orígenes de esta población se remontan a la Edad de Bronce. Son muchos los restos que se han encontrado y que demuestran presencia humana ya en esta época. Entre ellos, un yacimiento arqueológico datado en el Bronce Medio en el que se encontró el conocido tesoro de Abia de la Obispalía, una importante muestra de joyería atlántica, fechada en el siglo IX a. C. y conservada en el Museo Británico de Londres. Se han encontrado diferentes piezas ibéricas como fusayolas o fíbulas, restos de cerámica y sepulcros. Pero será en época romana cuando más importancia alcance este centro de población. De la etapa de enfrentamientos entre romanos y cartaginenses era el castillo de origen romano, situado en el cerro que domina la población y del que hoy no queda ningún resto. Durante la primera etapa medieval estas tierras fueron ocupadas por los musulmanes, hasta que en el año 1183 fueron reconquistadas por las tropas cristianas del rey Alfonso VIII. Es a partir de entonces cuando toda esta zona pasa a pertenecer al alfoz de Huete para, poco tiempo después, ser donada por el monarca a la Catedral de Cuenca y a su Obispo, tratando de este modo de implicar a este último en su política de repoblación del territorio. Es así como la aldea de Abia pasó a formar parte de los feudos de la Obispalía. Hacia los últimos años del siglo XII se construye la iglesia, sobre el alto cerro que domina la población, convirtiéndose en una de las de mayor tamaño dentro del estilo románico en la región. Como sucedió con otros pueblos de la provincia, por cuestiones sanitarias y de accesibilidad, la población se fue trasladando progresivamente al otro lado de la colina, quedando despoblada la ladera sur del cerro. En el año 1578, el Papa Gregorio XIII, con el fin de cubrir los gastos de las guerras de religión contra los sarracenos que el rey católico libraba, concedió al monarca la villa y esta pasó a jurisdicción real. En el ayuntamiento figura un documento bien conservado del rey Felipe II por el que se declara la villa independiente. En 1805 ya se la recoge como una villa de realengo con 130 vecinos censados.[1] A mediados del siglo XIX, la villa tenía contabilizada una población de 294 habitantes.[2] Aparece descrita en el tercer volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz de la siguiente manera:
DemografíaCuenta con una población de 59 habitantes (INE 2024).
Administración
PatrimonioEn el municipio se encuentra el castillo de Abia de la Obispalía. Se trata de los restos de una fortaleza, ubicada en lo más alto de la población, dominándola, junto al cementerio y los restos de la antigua iglesia parroquial, sobre una roca. De él quedan un aljibe y los cimientos de las pilastras. FiestasLas fiestas patronales, en honor a María Auxiliadora, se celebran el 24 de mayo. El sábado anterior se celebra la romería de San Jerónimo. Véase tambiénReferencias
Bibliografía
Enlaces externos
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