Fue filmada en la ciudad de Rosario, Argentina y tuvo el título alternativo de Presos del olvido. Contemporáneamente al estreno del filme se publicó su guion y un manual sobre el “rosarigasino”, una jerga inventada por tres cómicos en la década de 1920 de la que derivó el título del filme.[1]
Sinopsis
Tras pasar 30 años presos en la cárcel de Rosario, dos hombres buscan la valija llena de dinero que habían escondido, pero las cosas no son como esperaban.[1]
«…el apadrinamiento de dos productores de lujo como José Martínez Suárez y Adolfo Aristaín hacían esperar algo más que la digna y correcta película que al final se vio.»[1]
«Más cerca de la propuesta de Nueve Reinas que de la de Mundo Grúa, por nombrar dos referentes distintos del nuevo cine argentino, este primer largometraje de Rodrigo Grande se apunta en la mejor tradición del policial negro argentino, que siempre tuvo un tono algo tanguero. Grande, como Bielinsky, no trata de romper con el modo clásico de contar historias sino que procura hacer bien lo que tantas veces se hizo mal…Y como Bielinsky, lo consigue a fuerza de respeto por los espectadores y los antecedentes, y rigor para contar su historia de manera sencilla y clara.»[1]
Manrupe y Portela escriben:
«Por una vez, una película tanguera fuera de Buenos Aires. En la ópera prima de Grande hay mucho de Martínez Suárez: la lealtad, una de esas mujeres de fierro (hasta ahí), una utopía (Acapulco) y una llamativa degradación física de los protagonistas que podría interpretarse como una muestra de la ferocidad del tiempo. Buenas actuaciones y un aprovechamiento del formato panorámico, algunos buenos momentos y otros demasiado previsibles.»[1]