El español tiene la tercera población alfabetizada del mundo. En 2008, el español tenía el 5,47 % de la población mundial alfabetizada. El español es la tercera lengua más utilizada para la producción de información en los medios de comunicación,[36] como también la tercera lengua con más usuarios de Internet, después del chino y el inglés.[37] En 2019, el español tenía unos 364 millones de usuarios en Internet, lo cual representaba el 7,9 % del total.[38]
La forma en latín HĬSPĀNĬOLUS procede de la denominación latina de la provincia de HĬSPĀNĬA que incluía a la península ibérica, más bien, de su forma ultracorrecta.[79] Cabe recordar que en latín tardío no se pronunciaba la /H/. La abertura de la /Ĭ/ latina breve en /e/ habría dado por tanto en protorromance: ESPAŇOL(U).
Otra hipótesis sostiene que «español» procede del occitanoespaignon.[80] Menéndez Pidal ofrece otra explicación etimológica: el clásico hispanus o hispánicus tomó en latín vulgar el sufijo -one (como en borgoñón, bretón, frisón, lapón, sajón, etc.) y de *hispanione se pasó en castellano antiguo a españón, «luego disimilando las dos nasales se llegó a español, con la terminación -ol, que no se usa para significar naciones».[81]
La otra denominación, el castellano, procede del latín castellanus, que significa de Castilla, reino medieval situado en la parte central de la península ibérica y origen de esta lengua.[82] Coloquialmente, la lengua se conoce también como "castilla"[n. 1][86] en algunas áreas rurales e indígenas de Guatemala y Honduras,[87][88] pues se empezó a enseñar poco después de la incorporación de los nuevos territorios a la Corona de Castilla.[89][90][91][92][93][94]Según Miguel Ángel Asturias,[95] la expresión "hablar en castilla (castellano)" se contrapone en estos ámbitos a "hablar en lengua", que se refiere a los idiomas o dialectos indígenas locales, desde la conquista y colonización de América, cuando se conocía como "lengua" a los intérpretes indígenas.[96]
La polémica en torno a los términos «español» y «castellano» estriba en si resulta más apropiado denominar a la lengua hablada en Hispanoamérica, en España y en otras zonas hispanohablantes con uno u otro término, o bien si ambas son formas perfectamente sinónimas y aceptables.
Como muchas de las controversias relacionadas con la denominación de una lengua identificable con un determinado territorio (español con España, y castellano con Castilla, el antiguo reino de donde surge el idioma y se empieza a enseñar en América), o que lleva aparejada una ideología o un pasado histórico que provoca rechazo, o que implica una lucha en favor de una denominación única para facilitar su identificación internacional y la localización de las producciones en dicha lengua (por ejemplo, en redes informáticas), la controversia es extralingüística.
Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, no es posible justificar preferencias por una denominación u otra.
En el ámbito normativo o prescriptivo, según la normativa establecida por los principales organismos de política lingüística del área hispanohablante en lo relativo a la codificación del estándar idiomático (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española), «castellano» y «español» son términos sinónimos, aunque el Diccionario panhispánico de dudas, obra de esta misma institución de carácter normativo, señala: «El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.)».[97]
Asimismo, el diccionario normativo editado por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española se titula Diccionario de la lengua española.[98]
Determinados autores han mostrado su preferencia por uno u otro término, como el lingüista venezolano Andrés Bello, que titulaba su principal obra Gramática de la lengua castellana, o el valenciano Gregorio Mayans, que escribía, en 1737, en su libro Orígenes de la lengua española lo siguiente:
Por «lengua española» entiendo aquella lengua que solemos hablar todos los españoles cuando queremos ser entendidos perfectamente unos de otros.[99]
En cuanto a los filólogos, algunos autores justifican el uso preferente de uno u otro vocablo a partir de su origen y evolución histórica, interpretados de maneras distintas.
Posición actual de la RAE
Actualmente la RAE prefiere el uso del término «español» en lugar del término «castellano», a pesar de considerar válidos ambos para referirse al nombre oficial del idioma. También considera al castellano un dialecto del español que se habla en la región española de Castilla. No obstante, debe mencionarse que, cuando la RAE se funda en 1713, tomando como modelo a las academias francesa e italiana, se marcó como objetivo esencial la elaboración de un diccionario de la lengua castellana, «el más copioso que pudiera hacerse». Ese propósito se hizo realidad con la publicación del Diccionario de autoridades, editado en seis volúmenes, entre 1726 y 1739.[100]
ESPAÑOL. Para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español. La polémica sobre cuál de estas denominaciones resulta más apropiada está hoy superada. El vocablo «español» resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy más de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.). Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término «castellano» para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombrecastellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco.[101]
La historia del idioma castellano comienza con el latín vulgar del Imperio romano, concretamente con el de la zona central de Hispania. Tras la caída del Imperio romano en el siglo V, la influencia del latín culto en la gente común fue disminuyendo paulatinamente. El latín hablado de entonces fue el fermento de las variedades romances hispánicas, origen de la lengua española. En el siglo VIII, la invasión musulmana de la península ibérica hace que se formen dos zonas bien diferenciadas. En al-Ándalus, se hablaban los dialectos romances englobados con el término mozárabe, además de las lenguas de la minoría invasora (árabe y bereber). Mientras, en la zona en que se forman los reinos cristianos desde pocos años después del inicio de la dominación musulmana, continúa una evolución divergente, en la que surgen varias modalidades romances: la catalana, la navarro-aragonesa, la castellana, la astur-leonesa y la gallego-portuguesa.
A partir de finales del siglo XI es cuando comienza un proceso de asimilación o nivelación lingüística, principalmente, entre los dialectos románicos centrales de la península ibérica: astur-leonés, castellano y navarro-aragonés, pero también del resto. Este proceso es el que dará como resultado la formación de una lengua común española, el español.[102] Cada vez son más los filólogos que defienden esta teoría (Ridruejo, Penny, Tuten, Fernández-Ordóñez). También se ha resaltado el peso del mozárabe de Toledo, ciudad en la que el castellano escrito comenzó su normalización. Sin embargo, otros filólogos siguen defendiendo los postulados pidalianos del predominio del dialecto castellano en la formación del español y su expansión por un proceso de castellanización por el resto de territorios peninsulares.[103]
El dialecto románico castellano, uno de los precursores de la lengua española, se considera tradicionalmente originado en el condado medieval de Castilla (sur de Cantabria y norte de Burgos), con posible influencia vasca y visigótica. Algunos investigadores defienden el concepto de cuna del castellano que ha sido asignado primero al municipio de San Millán de la Cogolla, en la Rioja, y posteriormente a la localidad de Valpuesta, en la provincia de Burgos.[104][105][106] Los textos más antiguos que contienen rasgos y palabras similares al castellano son los documentos escritos en latín y conocidos como Cartularios de Valpuesta,[107] conservados en la iglesia de Santa María de Valpuesta (Burgos),[108] un conjunto de textos que constituyen copias de documentos, algunos escritos en fecha tan temprana como el siglo IX. El director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua concluyó que:
«ese latín “estaba tan alejado de la rectitud, presentaba un estado tan evolucionado o corrompido … Se puede concluir que la lengua de los becerros de Valpuesta es una lengua latina asaltada por una lengua viva, de la calle y que se cuela en estos escritos”».[109]
Un momento decisivo en el afianzamiento del idioma español se dio durante el reinado de Alfonso X de Castilla (1252-1284).[111] Si los cantares de gesta estaban escritos en esa lengua vulgar ―el castellano― y por eso mismo eran populares, podría pensarse que las obras cultas y literarias producidas en la Corte toledana del citado rey deberían ser redactadas en latín, única lengua culta que toda la Europa cristiana había admitido hasta esa época; por eso resultó una verdadera revolución cultural el hecho de que Alfonso X el Sabio decidiese dirigir un buen número de obras de elevada cultura redactadas en castellano, un idioma hasta entonces desairado por las personas letradas por considerarlo demasiado prosaico,[cita requerida] además de otras escritas en latín. También escribió en galaico-portugués. Esto dio lugar al reconocimiento oficial de las lenguas vernáculas, que podían alternar desde entonces con el latín, un idioma respetado por todas las personas ilustradas.[112]
Se estima que a mediados del siglo XVI el 80 % de los españoles hablaba español.[116] En esa época ya había comenzado el reajuste consonántico, que significó la reducción del sistema fonémico al pasar, por la pérdida del rasgo de sonoridad, de seis consonantes sibilantes a solo dos o tres según la variedad.
La colonización de América, iniciada en el siglo XVI expandió el español por la mayor parte del continente americano, tomando préstamos que enriquecieron su vocabulario de idiomas nativos como el náhuatl o el quechua, lenguas sobre las que también tuvo un notable impacto. Tras conseguir la independencia los nuevos estados americanos iniciaron procesos de unificación lingüística que terminaron de extender el idioma español a través de todo ese continente, desde California hasta Tierra del Fuego.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII surgen infinidad de publicaciones periódicas públicas y privadas en español. La primera ve la luz en Madrid en 1661 de la mano de Julián Paredes (Gazeta nueva),[117] y la siguen numerosas publicaciones en Salamanca, León, Granada, Sevilla y Zaragoza. En los territorios bilingües también comienzan a aparecer publicaciones periódicas en español. La primera fue en 1792, el Diario de Barcelona, que también fue el primer periódico en español de Cataluña.[cita requerida] Le siguieron El Correo de Gerona (1795), Diario de Gerona (1807) y aun antes en ciudades también bilingües como Palma de Mallorca (1778), Vigo o Bilbao. En América el español pasó a ser la lengua normal en la enseñanza, en detrimento de las lenguas generales basadas en lenguas indígenas. Se estima que el español era conocido hacia 1810 por un tercio de los habitantes de la América española.
El idioma español siempre tuvo numerosas variantes que, si bien respetan el tronco principal latino, tienen diferencias de pronunciación y vocabulario, como sucede con cualquier otra lengua. A esto hay que agregar el contacto con los idiomas de las poblaciones nativas, como el aimara, chibcha, guaraní, mapudungun, maya, náhuatl, quechua, taíno y tagalo, entre otros, que hicieron también contribuciones al léxico del idioma, no solo en sus zonas de influencia, sino en algunos casos en el léxico global.
El español o castellano es la lengua oficial de diecinueve países en América, además de España y Guinea Ecuatorial, y tiene un cierto grado de reconocimiento en Filipinas y en la República Árabe Saharaui Democrática[118] (país no reconocido internacionalmente), pero sus hablantes se distribuyen por los cinco continentes:
América
Porcentaje de hispanoparlantes en los estados del continente americano.
En América se encuentran alrededor del 90 % del total de hablantes de español en el mundo, unos 400 millones de personas.[119] Además de en 19 países de Hispanoamérica, el español es hablado por una parte significativa de la población de Estados Unidos, principalmente inmigrantes recientes. Tanto en América Latina como en Estados Unidos hay un importante aumento en el número de hablantes. Anteriores presidentes de Estados Unidos son conocedores del idioma y Barack Obama lo estudió y tiene buena pronunciación en la lectura.[120]
México es el país con el mayor número de hablantes (casi una cuarta parte del total de hispanoparlantes del mundo), aunque no es la lengua oficial del estado. En 2003, México reconoció como idiomas nacionales también a las lenguas indígenas.[121]
Ciudad de México, la ciudad con la mayor población de hispanohablantes en el mundo.
Buenos Aires, capital de Argentina, el país hispanohablante más grande del mundo por extensión territorial.
Estados Unidos es el segundo país con más hablantes de español en el mundo después de México,[142][143] con un avance progresivo del bilingüismo, sobre todo en los estados de California, Nuevo México y Texas, en los que existen programas oficiales bilingües de español para residentes procedentes de Hispanoamérica. Así por ejemplo, en California muchas actividades de gobierno, documentos y servicios están disponibles en español. La sección 1632 del Código Civil de California reconoce al idioma español como la lengua de la considerable y creciente comunidad hispana, de ahí que la ley Dymally-Alatorre instituya un bilingüismo inglés-español, sin la exclusión necesaria de otras lenguas.[144] En el estado de Nuevo México, el español se utiliza incluso en la administración estatal, aunque ese estado no tiene ninguna lengua oficial establecida en su constitución. El español neomexicano hablado por hispanohablantes nativos del estado (no por inmigrantes recientes) se remonta a los tiempos de la colonización española en el siglo XVI y conserva numerosos arcaísmos. La Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos reconoce que en 1912:
“los neomexicanos tuvieron éxito a la hora de proteger su herencia, insertando provisiones en su constitución que hacen del español una lengua oficial igual que el inglés”.[145]
En Texas, el gobierno, a través de la sección 2054.116 del Código Gubernamental, ordena que las agencias estatales proporcionen la información en sus páginas web en español.[146] Otros estados de la Unión también reconocen la importancia del castellano en su territorio.[147] En Florida, por ejemplo, está muy extendido su uso por la presencia de una numerosa comunidad de origen cubano, principalmente en el área metropolitana de Miami. El español tiene una larga historia en Estados Unidos; muchos estados y accidentes geográficos tienen su nombre en ese idioma, pero el uso de la lengua española ha aumentado sobre todo por la inmigración proveniente del resto de América. Una muestra de la expansión del idioma en el país es la numerosa presencia de medios de comunicación en español. El español también se concentra especialmente en ciudades cosmopolitas como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Miami, Houston, Dallas, San Antonio, Denver, Baltimore, Portland y Seattle. El español, además, es la lengua más enseñada en el país.[148]
Estados Unidos es el segundo país, tras Israel, con mayor número de hablantes de judeoespañol o ladino. Concretamente se estima que hay unas 300 000[149] personas que lo hablan. El seguimiento y contabilización de las comunidades sefardíes tanto en Estados Unidos[150] como en el resto del mundo ha mejorado notablemente tras la ley española del año 2015 que permite a los sefardíes, que cumplan una serie de requisitos,[151] solicitar la nacionalidad española.
El español siempre ha sido importante en Brasil a causa de la proximidad y el comercio creciente con sus vecinos hispanoamericanos, siendo miembro de Mercosur, así como por la inmigración histórica de españoles e hispanoamericanos. En 2005, el Congreso Nacional de Brasil aprobó el decreto, firmado por el presidente, conocido como ley del español, que ofrece esta lengua como primera lengua extranjera de enseñanza en los colegios y liceos del país.[152] El español es una lengua fácil de aprender para los brasileños, gracias a que el portugués es una lengua similar al español.[153] En la zona fronteriza entre Brasil y Uruguay (principalmente en Uruguay) se habla una lengua mixta llamada portuñol.[154]
La constitución del estado de Río de Janeiro y una deliberación del gobierno del estado de São Paulo incluyen el español de modo oficial en los centros de enseñanza secundaria. Así el artículo 317.3 de la constitución del estado de Río de Janeiro de 1989 declara:
«La lengua española pasa a formar parte del núcleo obligatorio de disciplinas de todas las series del segundo grado de la red estatal de enseñanza, teniendo en cuenta primordialmente, lo que establece la constitución de la República en su artículo cuarto, párrafo único».
Y el artículo 2 de la deliberación n.º 77 del consejo estatal de educación del gobierno del estado de São Paulo de 2008 reconoce:
«El español es un componente curricular obligatorio, según la legislación federal en vigor, a ser desarrollado de acuerdo con los términos de las orientaciones contenidas en la indicación cee n.º 77/08 que forma parte de la deliberación».
La UNILA, universidad pública de la región sur brasileña que coordina y proporciona profesorado de castellano a las escuelas estatales de Río Grande del Sur, Santa Catarina y Paraná, cooficializó el español. En los últimos años, debido a la crisis migratoria venezolana, el fronterizo estado brasileño de Roraima ha pasado a ser el lugar con más hablantes de español de Brasil. Se estima que alrededor de 50 000 venezolanos residen actualmente en Roraima, lo que constituye aproximadamente el 10 % de la población del estado. En 2005, el entonces ministro de la educación, Fernando Haddad, y el entonces presidente de la república brasileña Luiz Inácio Lula da Silva, firmaron la Ley n.º 11.161, que quedó conocida como “Lei do espanhol”. Según sus términos, su objetivo era tratar específicamente sobre la enseñanza de español en Brasil.[155]
En Canadá, el español es el quinto idioma más hablado después del inglés, francés, chino y el indostánico. Según el censo de 2021, hay 600 795 hispanohablantes en Canadá, lo que supone un 1,6 % de la población nacional.[156][157] La población total que sabe hablar español en Canadá, incluyendo hablantes no nativos, ha ido aumentando progresivamente desde 1991: 1,5 % de la población nacional en 1991,[158] 2,1 % en 2001,[159] 2,6 % en 2011[160] y 3,2 % en 2021.[157]
En 2011, la población inmigrante de habla hispana en Canadá suponía el 1,3 %,[161] y casi otro tanto lo hablaban como segunda lengua. Aproximadamente la mitad se concentra en Toronto.[162]
El español no es oficial en Belice, pero es la lengua materna de la mayoría de los habitantes de tres de los seis distritos del país, los cuales son Orange Walk, Corozal y Cayo.[163] El español es lengua de aprendizaje obligatorio en las escuelas de Belice.[164][165] El uso y conocimiento del español en Belice ha ido aumentando progresivamente desde 1991, siendo hablado «muy bien» por el 43,7 % de la población en 1991,[164][166] el 52,1 % en 2000,[164][167] y por el 56,6 % en 2010.[168]
En la isla caribeña de Aruba, lo habla gran cantidad de personas, siendo la segunda lengua más hablada en casas arubeñas según datos de 2023, hablada por el 13,7 % de la población de Aruba.[169][171] En las vecinas Bonaire y Curazao lo habla una minoría. En Bonaire, el 11,8 % de la población hablaba español en 2001, el segundo más hablado después del papiamento.[170] En Curazao, el español es hablado por el 5,6 % de la población según datos de 2023, siendo el tercer idioma más hablado de Curazao tras el papiamento y el neerlandés.[172]
Debido a la cercanía con Venezuela, en las tres islas se reciben medios de comunicación en español, principalmente canales televisivos, debido a los estrechos vínculos comerciales y la importancia del turismo hispanohablante. En los últimos años, también se introdujo la enseñanza básica obligatoria del castellano en las escuelas, aunque sin carácter oficial (las únicas lenguas oficiales de Aruba, Bonaire y Curazao son el neerlandés y el papiamento: mezcla de español y afroportugués).
El español no es idioma oficial de Haití. Aunque su idioma oficial es el francés, el criollo haitiano (idioma que proviene del francés) es ampliamente hablado. Cerca de la frontera con la vecina República Dominicana, el español básico es comprendido y hablado coloquialmente. En los estudios secundarios reglados aprender español es obligatorio desde los 15 hasta los 18 años.[173] Se estima que más de un millón y medio de haitianos pueden comunicarse en español, sin considerar la diáspora.[cita requerida]
En las Islas Vírgenes de los Estados Unidos el español es el segundo idioma más hablado tras el inglés, siendo hablado por aproximadamente un 17 % de la población en 2010, procedente sobre todo de Puerto Rico y la República Dominicana.[174]
En Trinidad y Tobago, goza de un estatus especial y es de aprendizaje obligatorio en las escuelas públicas. En Jamaica es la lengua extranjera más estudiada en la educación secundaria desde los 12 hasta los 14 años. Otras islas caribeñas cuentan con comunidades de hispanohablantes debido a su cercanía a los países de habla hispana del entorno y las correspondientes migraciones de países como República Dominicana o Venezuela, motivo por el cual el español se enseña como segunda lengua en el sistema educativo de algunos de ellos.[cita requerida]
España es el único lugar de Europa donde el idioma es oficial, sin embargo es usado fuera de sus fronteras como Gibraltar.[175] En Andorra es la segunda lengua más hablada actualmente,[45] sin ser la lengua tradicional ni oficial, que es el catalán.[176] El español se utiliza también en pequeñas comunidades de otros países europeos, principalmente en Portugal, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Bélgica y Suiza[177] (donde es lengua materna del 1,7 % de la población, representando la lengua minoritaria más hablada en este país por detrás de tres de las cuatro lenguas oficiales). El español es una de las lenguas oficiales de la Unión Europea (UE).[178] Casi 23 millones de europeos mayores de 12 años hablan español fuera de España en la UE, contando los que lo han aprendido como lengua extranjera y son capaces de mantener una conversación. En total habría unos 70 millones de hablantes de español en Europa.[179]
En 2020, Rusia incorporó al español como idioma extranjero en la enseñanza pública, en total 2 horas a la semana, esto se da después de que el gobierno ruso implementara la obligatoriedad de estudiar una segunda lengua extranjera.[180] Desde 2009, Rusia lanzó el canal RT que emite noticias y reportajes completamente en español.
Actualmente, el idioma español en Filipinas no se habla por la gran mayoría de la población. No obstante, su presencia en este país —otrora provincia española de ultramar—, tanto dentro de la lengua local como en el día a día, se hace patente en muchos sustantivos de uso común, en el calendario, en las costumbres religiosas, en los antropónimos filipinos y en muchos de sus topónimos (incluidas demarcaciones administrativas).[181]
El español fue oficial en Filipinas desde 1571 (comienzo del dominio español de las islas) hasta 1987, cuando la «constitución Cory» de ese año suprimió su oficialidad. Si bien, ya a partir de 1973 había perdido mucho peso representativo a nivel oficial, con la proclamación presidencial/155 de 15 de marzo de ese año (todavía en vigor a día de hoy) que declaraba el español como lengua reconocida solo para «todos aquellos documentos de la época colonial no traducidos a la lengua nacional». Actualmente, la Constitución filipina solo menciona al filipino y al inglés como lenguas oficiales («hasta nuevo aviso», según el propio texto), además de las lenguas indígenas en sus respectivos territorios. El español y el árabe son idiomas promovidos en la Constitución a base voluntaria, y no se menciona su oficialidad, aunque sí se garantiza el derecho a que se brinde a la población traducciones de la Constitución filipina en dichos idiomas, así como en los principales idiomas regionales.
Tras la guerra hispano-estadounidense, Filipinas pasó a ser colonia del país norteamericano a partir de 1899. En los años siguientes, las autoridades siguieron una política de deshispanización a favor del inglés. Después de la guerra filipino-estadounidense, se diezmó a la burguesía urbana hispanoparlante, la cual quedó prácticamente aniquilada tras la Segunda Guerra Mundial. Se ha calculado que a finales del siglo XIX aproximadamente un 10 % de la población filipina hablaba español nativamente y otro 60 % lo hablaba como segunda lengua;[182][183] en 1950, los hablantes pasaron a ser un 6 %;[182] y en la actualidad se barajan cifras de menos del 0,5 %.[184] También sobreviven lenguas criollas de base española, especialmente el chabacano de Zamboanga.
A lo largo de los años, Filipinas ha tenido presidentes más o menos proclives al apoyo institucional de la lengua y cultura españolas en ese país. La última presidenta hispanófila fue Gloria Macapagal-Arroyo, cuya iniciativa educativa de introducir el español en los planes de estudios nacionales le valió el Premio Internacional Don Quijote de 2009.[185][186] En los años siguientes a su adopción, fue la segunda lengua extranjera más estudiada tras el inglés, impartida en hasta 65 centros públicos.[187] Sin embargo, generalmente no se ha podido probar que dicha iniciativa logró incrementar el interés de los jóvenes por el español, ni existen indicios que muestren que haya habido algún aumento palpable en el número de personas capaces de comunicarse en este idioma.
En Israel existe una importante comunidad sefardí, parte de la cual (se barajan cifras de decenas de miles de personas) aún se comunica —en distintos niveles— en el idioma judeoespañol, herencia de los judíos expulsados de los reinos ibéricos en los siglos XV y XVI.[188] En 2018, se inauguró en Jerusalén la Academia Nacional del Judeoespañol, postulada oficialmente en 2020 como miembro de la ASALE, con el fin de proteger, investigar y promover el uso del judeoespañol entre las comunidades sefardíes y en general. No obstante, gran parte de las generaciones más recientes de familias de procedencia sefardí han abandonado el judeoespañol como lengua vehicular o de comunicación dentro de la familia, mientras que muchos otros lo han adaptado al español moderno (por lo que mantienen vivo el uso del español en Israel, pero no del judeoespañol como lengua particular).
Otra contribución al español en ese país han sido los muchos inmigrantes judíos de América Latina, y sobre todo de Argentina y Uruguay, que han aportado el típico acento rioplatense a distintas partes del país.[189]
Existen otros países asiáticos donde el español está siendo estudiado con gran interés y comienza a tener importancia en el ámbito educativo, migratorio y social. Países donde ha habido iniciativas educativas para difundir el español incluyen a Rusia, China, Japón, Irán, India, Emiratos Árabes Unidos, Bangladés y Kuwait. En Turquía, más específicamente en la ciudad de Estambul, se conserva el judeoespañol.
Formando parte de España y por tanto políticamente europeas, el principal enclave hispanoparlante en África son las islas Canarias (con más de dos millones de hablantes), seguidas por las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (con más de 168 000 hablantes) y demás plazas de soberanía menores.
El español es una de las lenguas oficiales de Guinea Ecuatorial. Guinea Ecuatorial obtuvo su independencia de España en 1968, pero mantiene el español como lengua oficial junto al francés, y el portugués, siendo actualmente el único país africano donde el español es lengua oficial.[190] También es la lengua más hablada (considerablemente más que las otras dos lenguas oficiales), dominada por el 87,7 % de la población según el Instituto Cervantes.[191] La gran mayoría de los ecuatoguineanos habla español, aunque siempre como segunda lengua, siendo diversas lenguas bantúes las lenguas maternas más extendidas.
En el Sahara Occidental, el ministro saharaui para América Latina, Hash Ahmed declaró en nombre de la República Árabe Saharaui Democrática que su país es «simultáneamente una nación africana y árabe que tiene el privilegio de ser la única hispanohablante debido a la herencia cultural de la colonización española. El idioma español es el idioma de enseñanza obligatorio por ser junto al árabe, idioma oficial».[192] El español es considerado la segunda lengua administrativa y de comunicación de la RASD;[118] la única lengua oficial en su constitución es el árabe. En Tinduf, Argelia, hay unos 200 000 refugiados saharauis, que pueden leer y escribir el idioma español y miles de ellos recibieron educación universitaria ofrecida por Cuba, México, Venezuela y España.
En Marruecos el idioma español es muy popular como segunda o tercera lengua. Es hablado principalmente en las zonas de antiguo protectorado español de Marruecos: Rif, Ifni y Tarfaya.[193][194] También se conserva en el norte del país la haketía, variante marroquí del judeoespañol.
Además, es hablado por las comunidades ecuatoguineanas huidas durante las dictaduras de Francisco Macías Nguema y Teodoro Obiang y que ahora se encuentran en países como Gabón, Camerún, Nigeria y Benín. También en Sudán del Sur hay una importante minoría, la élite intelectual y profesional, formada en Cuba, que habla español. Otros lugares donde el español tiene presencia son Angola, principalmente en la ciudad de Luena, y Walvis Bay, ciudad de Namibia, por la presencia del ejército cubano.
A petición de Guinea Ecuatorial, el español es idioma de trabajo de la Unión Africana y a través de una enmienda del artículo 11[195] del Acta Constitutiva de la Unión Africana, se ha incluido al español entre los idiomas oficiales "de la Unión y de todas sus instituciones".
Entre los países y territorios de Oceanía, el español es lengua oficial de facto en la isla de Pascua, en Polinesia, por ser parte de Chile; el idioma nativo es el rapanui. En las islas Marianas (Guam y las Marianas del Norte) el chamorro es lengua oficial y nativa de las islas, el cual es un idioma austronesio que contiene léxico de origen español.[197] Guam y algunas islas de la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte (Saipán, Tinian, Rota) y de los Estados Federados de Micronesia (Yap, Pohnpei) tuvieron hispanohablantes nativos, ya que fueron colonias españolas hasta 1898-1899. No obstante, tanto en Guam como en las Marianas del Norte y en Yap y Pohnpei, una buena parte de sus habitantes tienen apellidos de origen español.
Además, en Australia y Nueva Zelanda, hay comunidades de nativos de español, resultantes de la emigración de países hispanohablantes (principalmente del Cono Sur), que suman 133 000 hablantes.[198] En Hawái, el 2,1 % de la población son hablantes nativos de español.[199] En el 2010 había 120 842 hispanos, según el censo de Estados Unidos.[cita requerida]
Antártida
En la Antártida, solo existen dos localidades civiles y ambas están habitadas principalmente por hablantes nativos de español. Una de ellas es la argentinaFortín Sargento Cabral, la cual cuenta con 66 habitantes.[200] La otra es la localidad chilena de Villa Las Estrellas, que tiene una población de 150 habitantes en verano y 80 habitantes en invierno. En cada una de ellas existe un centro escolar donde se estudia y se investiga en español. La base antártica Orcadas, una estación científica argentina, es la base más antigua en toda la Antártida aún en funcionamiento y la más antigua con una población permanente (desde 1907).
También cabe destacar el papel que tienen las diferentes bases científicas de la Antártida pertenecientes a países hispanos:
En las filas con color de fondo más oscuro, figuran los países con español oficial. La estimación del total de hablantes se refiere a hablantes de español como primera y segunda lengua.
En las filas con color de fondo blanco, figuran los países con español no oficial, donde se habla español como lengua materna por los hispanos que allí han emigrado y por los hablantes de español como lengua extranjera.
Pos.
Países
Lengua materna
Dominio nativo
Total (incluidos hablantes con competencia limitada)
Para el año 2000, la previsión era que solo en Estados Unidos el número de hispanohablantes alcanzara los 35 000 000. En ese año el español superó al inglés como el idioma más hablado del mundo occidental.[379] En 2001, los hispanoparlantes eran aproximadamente 400 millones de personas.[380]
El Instituto Cervantes, organismo para la difusión del español, informó que entre 1986 y 1990 se registró un aumento del 70 % en la cantidad de estudiantes de español en Estados Unidos y del 80 % en Japón. El idioma español es quizás la tercera lengua extranjera más estudiada en Japón. Actualmente, el portugués es el primer idioma extranjero más estudiado, debido a la gran comunidad japonesa / brasileña, con un total de 400 000 hablantes. Como tal, la lengua portuguesa es actualmente parte del currículo escolar en Japón. Otros países que destacan por su elevado incremento de estudiantes son Brasil,[381][382] Marruecos, Suecia,[383] Noruega,[384] Polonia,[385][386][387] Costa de Marfil, Senegal, Camerún[388] y Gabón.[389][390][391]
No obstante, en las últimas décadas también se produjeron retrocesos. El caso más notable es el de Filipinas, un país en el que el idioma español pasó de ser oficial a tener un papel restringido desde 1973,[392] y a perder definitivamente su carácter oficial en 1986; así, tras un proceso de sustitución en favor del inglés y del tagalo, pasó en muy pocas décadas de decenas de millones de hablantes en el archipiélago filipino [cita requerida] a no más de 20 000 en 1990.[393] El número total de hablantes está aumentando muy ligeramente en los últimos años debido a las iniciativas del gobierno filipino para reintroducir el idioma en la enseñanza, pero ya no son hablantes nativos.
Fuentes oficiales académicas calculan que para el año 2030 el español será el segundo idioma más hablado del mundo, detrás del chino mandarín,[394] y para el 2045 se prevé que llegue a ser el primero.[395]
Estudiantes de español en el mundo
Estudiantes de español como lengua extranjera, según el anuario del Instituto Cervantes 2015. Solo se muestran los países donde hay más de 30 000.[396][397]
Los datos de las personas que estudian español solo abarca los centros que son certificados por el Instituto Cervantes; sin embargo, debido a las nuevas tecnologías, la forma de estudio ha cambiado en todos los ámbitos; las aplicaciones en los teléfonos inteligentes es un claro ejemplo de ello.
En la plataforma webDuolingo, el castellano es el segundo idioma más estudiado en el mundo, con más de 36 millones de estudiantes. Según su informe de 2020, Duolingo reportó que el español había crecido en popularidad, desplazando al francés como el segundo idioma más estudiado en el mundo, creciendo hasta ser el idioma más popular en 34 países y el segundo más popular en 70 países.[398] En 2016, el español era el idioma más estudiado en 32 países y el segundo más estudiado en 57 países.[399][400]
Nota: Total de usuarios por cada idioma, datos actualizados a marzo de 2021.[401]
En el año 2020, de un total de 19 idiomas disponibles en Duolingo, el inglés lo estudiaban el 53 % de los usuarios, especialmente en regiones como América Latina, Oriente Medio y el Sudeste Asiático. El español con el 17 % de los usuarios se destaca en países como Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, y a nivel regional, en América Anglosajona. Desde la versión en inglés, el español tiene 27 millones de usuarios; eso equivale al 80 % del total que estudian este idioma.[402] Le sigue desde la versión en portugués con cerca de 3 millones de usuarios.[403]
Variedades dialectales
Existen dudas o desacuerdos sobre la exactitud de la información en este artículo o sección respecto a clasificación de variedades americanas por criterios geopolíticos en vez de lingüísticos.Consulta el debate al respecto en la página de discusión.
Este aviso fue puesto el 4 de enero de 2023.
Las variedades geográficas del castellano, llamadas dialectos o geolectos, difieren entre sí por multitud de razones. Entre las de tipo fonético destacan la distinción o no de los fonemas correspondientes a las grafías c/z y s (ausencia o presencia de ceceo/seseo), la distinción o no de los fonemas correspondientes a las grafías ll e y (ausencia o presencia de yeísmo), la aspiración o no de la s o z ante una consonante, y la adopción o no de nuevas consonantes (tales como /ʃ/). Estas diferencias no suelen ocasionar problemas de inteligibilidad entre sus hablantes. Las diversas variantes también difieren en usos gramaticales, como el voseo o el empleo o no del pronombre informal de segunda persona del plural («vosotros»). En aspectos de vocabulario, se dan notables diferencias especialmente en determinados ámbitos semánticos, como la nomenclatura de las frutas y verduras, vestimentas, artículos de uso cotidiano, así como en las expresiones coloquiales o insultantes.
Como en cualquier lengua, especialmente cuando se distribuye por un dominio geográfico extenso, el español presenta diversas variedades internas que permiten distinguir a sus hablantes según su pronunciación, sus construcciones gramaticales y su vocabulario. En términos generales, el castellano presenta convencionalmente dos tipos de modalidades presentes tanto en España como en América: las modalidades conservadoras, como el español del norte de España, el del interior de Colombia y México o el de los Andes, y las modalidades innovadoras, como el español de Andalucía y Canarias, el del Caribe o el del Río de la Plata. Una característica típica del español peninsular es la división del grupo consonántico tl que, en palabras tales como atlas o atletismo se pronuncia ['at.las] y [at.le.'tis.mo], mientras que en América la pronunciación corriente es ['a.tlas] y [a.tle.'tis.mo].
Independientemente de estos rasgos, es posible distinguir grandes grupos de variedades dialectales del español. Por ejemplo, para Menéndez y Otero (2007) serían ocho: las variedades castellana, andaluza y canaria en España, y las variedades caribeña, mexicano-centroamericana, andina, chilena y rioplatense[404]
en América.
Las diferencias entre los dialectos casi siempre se limitan únicamente a la entonación, pronunciación y palabras o expresiones aisladas. Una de las diferencias de los dialectos de España y los de Hispanoamérica son los pronombres. En España, el único pronombre informal de segunda persona empleado es «tú», pero en algunas zonas de Hispanoamérica, como en Centroamérica o la región rioplatense, se utiliza el «vos». «Tú» y «vos» son informales y se utilizan con amigos. «Usted» es una fórmula de respeto que se utiliza con desconocidos o personas mayores. Sin embargo, en ciertas regiones de Colombia el ustedeo se puede dar en ámbitos de cierta informalidad comparable al uso del tuteo o del voseo en los países mencionados.
«Vos» se utiliza como segunda persona del singular en muchos lugares de Hispanoamérica (véase #Voseo).
Los dialectos del español también varían en lo que respecta a la segunda persona del plural. Los dialectos de América solo tienen una forma para la segunda persona del plural: ustedes, que sirve para las situaciones formales y las informales. Sin embargo en el español europeo existen dos: ustedes para situaciones formales y vosotros para situaciones informales.[405]
El español moderno tiene una fonología notoriamente diferente de la del latín. En español estándar moderno se ha perdido la oposición de cantidad en vocales y consonantes y el acento no está prosódicamente determinado sino que es fonológicamente distintivo. En castellano moderno los sonidos sordos (sin vibración de las cuerdas vocales) son siempre obstruyentes (fricativas, africadas u oclusivas), mientras que los sonidos sonoros son frecuentemente continuos (aproximantes, sonorantes o vocales). Los únicos sonidos obstruyentes que son sonoros sin que se deba a asimilación son las oclusivas /b, d, g/ (en posición inicial absoluta o tras nasal). El español medieval poseía africadas y fricativas sonoras (aún presentes en otras lenguas romances e incluso en judeoespañol pero ensordecidas sistemáticamente en español estándar moderno).
En el paso del latín al castellano se aprecian algunos cambios distintivos como por ejemplo la presencia de lenición (latínvita —español ‘vida’—, latín lupus —español ‘lobo’—), la diptongación en los casos fonéticamente breves de la E y la O (latín terra —español ‘tierra’—, latín novum —español ‘nuevo’—), y la palatalización (latín annum —español ‘año’—). Algunas de estas características están también presentes en otras lenguas romances.
El fonema más frecuente en español es /e/, por lo que también la letra «e» es la letra más repetida en un texto largo en español. El fonema consonántico más frecuente en todas las variedades es /s/, aunque como letra consonante la «r» es un poco más frecuente que «s» (esto se debe a que el fonema /r/ cuando no va a principio o final de palabra se escribe doble, con lo cual la frecuencia de esa letra supera a la del fonema. La frecuencia de «r» se ve todavía más incrementada porque cuando se encuentra en el interior de una palabra representa al fonema /ɾ/, vibrante simple).
El acento es de intensidad y estadísticamente dominan las palabras llanas, o acentuadas en la penúltima sílaba, después las agudas y por último las esdrújulas. Gracias a la Real Academia Española, fundada en 1713, la ortografía del español se ha ido simplificando buscando el patrón fonético, aunque esta tendencia se paralizó a mediados del siglo XIX, pese a las propuestas en ese sentido del gramático Andrés Bello.
Vocales
En todas las variantes del español hay cinco vocales fonológicas: /a e i o u/. La /e/ y /o/ son vocales medias, ni cerradas ni abiertas, pero pueden tender a cerrarse y abrirse [e], [ɛ], [o] y [ɔ] dependiendo de su posición y de las consonantes por las que se hallen trabadas. Sin embargo, estos sonidos no suponen en la mayor parte de variedades un rasgo distintivo, a diferencia de lo que pasa en catalán, en gallego, en portugués, en francés, en occitano y en italiano; en español estos sonidos son por tanto alófonos. No obstante, en las variedades del sureste de la península ibérica (andaluz oriental y murciano) el rasgo de abertura es fonológico, y por tanto esos geolectos poseen hasta 10 vocales en oposición (singular [el 'pero] / plural [lɔ perɔ]).
Según Navarro Tomás, los fonemas vocálicos /a/, /e/ y /o/ presentan diferentes alófonos.[411]
Las vocales /e/ y /o/ presentan unos alófonos algo abiertos, muy aproximados a [ɛ] y [ɔ], en las siguientes posiciones:
En contacto con el sonido de doble erre (“rr”) /r/, como en “perro”, “torre”, “remo”, “roca”.
Cuando van precediendo al sonido /x/, como en “teja”, “hoja”.
Cuando van formando parte de un diptongo decreciente, como en “peine”, “boina”.
Además, el alófono abierto de /o/ se produce en toda sílaba que se encuentre trabada por consonante y el alófono abierto de /e/ aparece cuando se haya trabado por cualquier consonante que no sea /d/, /m/ y /n/: “pelma”, “pesca”, “pez”, “costa”, “olmo”.
El fonema /a/ presenta tres variedades alofónicas:
Una variedad palatal, cuando precede a consonantes palatales, como en “malla”, “facha”, “despacho”.
Otra variante velarizada se produce cuando precede a las vocales /o/, /u/ o a las consonantes /l/, /x/: “ahora”, “pausa”, “palma”, “maja”.
Una variante media, que se realiza en los contornos no expresados en los párrafos anteriores: “caro”, “compás”, “sultán”.
Tanto /i/ como /u/ pueden funcionar también como semivocales ([i^] y [u^]) en posición postnuclear de sílaba y como semiconsonantes ([j̞] y [w̞]) en posición prenuclear. En el español existe una pronunciada tendencia antihiática que con frecuencia convierte en diptongos los hiatos en una pronunciación relajada, como héroe ['e.ɾo.e]-['e.ɾwe], o línea ['li.ne.a]-['li.nja].
Además en castellano todas las vocales pueden nasalizarse al encontrarse trabadas por una consonante nasal dando como resultado [ã], [ẽ], [ĩ], [õ] y [ũ]. Este rasgo es más destacado en unas variedades lingüísticas que en otras.[cita requerida]
En diversos dialectos del español del sureste de España, como el andaluz oriental y el murciano, entre otros, se distinguen entre 8 y 10 vocales,[412][413] e incluso 15 si se cuentan las vocales nasales, las cuales están muy presentes en estos dialectos; este fenómeno va a veces acompañado de armonía vocálica. Cualquier vocal al hallarse trabada por una “s” (muda), o por las demás consonantes (mudas), dan como resultado las siguientes vocales /ɑ/, /ɛ/, /ɪ/, /ɔ/ y /ʊ/; formándose así los siguientes pares vocálicos: /a/-/ɑ/, /e/-/ɛ/, /i/-/ɪ/, /o/-/ɔ/ y /u/-/ʊ/. Estos pares vocálicos son distintivos en estos dialectos, como hasta y asta /ɑt̪a/ - ata (verbo atar) /at̪a/, mes /mɛ/ - me /me/, los /lɔ/ - lo /lo/.[cita requerida]
A diferencia de lo anterior, el español de México pronuncia las vocales átonas de una forma débil o sorda, principalmente en contacto con el sonido /s/.[414] Dándose el caso que las palabras pesos, pesas y peces tengan la misma pronunciación ['pesə̥s].[cita requerida]
Consonantes
Todas las variedades de español distinguen un mínimo de 22 fonemas, cinco de los cuales corresponden a vocales (/a e i o u/) y 17 a consonantes (/b s k d f g x l m n ɲ p r ɾ t ʧ ʝ/). Algunas variedades pueden poseer un mayor número de fonemas; por ejemplo, en la península ibérica la mayoría de dialectos tienen la presencia adicional de /θ/ y en algunos hablantes de varias zonas de España y América además persiste el fonema /ʎ/ (que estaba presente en castellano medieval). Sin embargo el número de sonidos o alófonos (que no necesariamente son fonológicamente distintivos) es notoriamente superior en todas las variedades de español, para ver una lista de algunos puede consultarse transcripción fonética del español. Las diferencias fonológicas dialectales, debidas en su mayoría a diferencias en las consonantes, son las siguientes:
Ningún dialecto del español hace la distinción espontánea entre la pronunciación de las letras “b” y “v”. Esta falta de distinción se conoce como betacismo. Sin embargo hay que tener en cuenta que en algunos países, particularmente Chile, se presiona mucho a los niños en la escuela para que pronuncien la 'v' como labiodental, por ello, uno puede encontrarse ocasionalmente con esta pronunciación (percibida por muchos como afectada), especialmente en los medios de comunicación. La pronunciación de la “v” como fonemabilabialoclusivo o fricativo, idéntico al de “b”, es compartida también con el gallego, sardo y varios dialectos del catalán y del occitano, entre otros. Una posible causa de esta peculiaridad es la influencia del sustrato lingüísticovascoide, lo que explicaría su extensión en estas lenguas citadas a partir de un foco vasco-pirenaico. Otra posible explicación, más bien estructural, es que aunque el latín tenía la letra 'v' que en realidad era solamente una variante escrita de la 'u' semivocal, esta se pronunciaba /w/ y evolucionó en otras lenguas romances hacia /v/. Por otro lado, la fricativización de /b/, común en todas las lenguas romances, dio lugar a los alófonos /b/ oclusivo y /β/ fricativo. El segundo tiene cierto parecido con la aproximante /w/, con lo que la 'v' [w] latina habría pasado directamente a [b, β] en español. No obstante, existe el sonido /v/ en español cuando una “f” está en contacto con una consonante sonora, del mismo modo ocurre una sonorización de /s/ y /θ/ al estar en contacto con una consonante sonora tornándose /z/ y /ð/, respectivamente. Ejemplo: Dafne ['davne], [roz'β̞iv ð̞e teɾ'neɾa].
En general, existe confusión entre la “y” consonántica, pronunciada [ʝ], [ɟ], [ʒ] o [ʃ], y la “ll”, originalmente [ʎ], salvo en diversas zonas de España (en regresión) y, en América, en el español paraguayo y en los dialectos con sustratos de lenguas en que existe dicha diferencia, como en las zonas bilingües español-quechua o español-aimara. Esta falta de distinción se conoce como yeísmo.
Se considera característica particular y singular de la lengua española la representación de la consonante /ɲ/ mediante la letra “ñ” (procedente de los grupos latinos nn y niV que en la Edad Media comenzó a abreviarse como una “n” con una tilde (~) encima que luego tomó la forma ondulada representando su pronunciación palatal), aunque también existe en muchas más lenguas del mundo: asturleonés, el aragonés, el bretón y el gallego, el guaraní, el mapudungun, el mixteco, el otomí y el quechua en América, el bubi en África o el chamorro en Oceanía. En el español de Yucatán la letra “ñ” se pronuncia [nj] en vez de [ɲ], y por ello a veces se transcribe como “ni”.[415]
El español de España, salvo Canarias y gran parte de Andalucía, distingue entre [θ] (escrito 'z' o 'ce', 'ci') y [s]: casa ['kasa], caza ['kaθa].
La mayoría de los dialectos registra una pérdida más o menos avanzada de la /-s/ implosiva (postvocálica o en coda silábica), un fenómeno típico de las 'tierras bajas' americanas, en un proceso parecido al del francés medieval. Las excepciones son México (salvo algunas zonas costeras del Caribe), mitad norte de España (donde empieza a aparecer) y en la zona andina (especialmente en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia).[cita requerida]
Por influencia del náhuatl[416] el español de México pronuncia los dígrafos “tz” y “tl” como sonidos africados: un sonido africado alveolar sordo /t͡s/ y otro africado alveolar lateral sordo /t͡ɬ/, respectivamente. El primero de ellos solo aparece en términos nativos, el segundo se aplica ahora a palabras que no son préstamos como Atlántico o Nestlé. Nótese que Atlántico y Nestlé se pronuncian [a.'t͡ɬan.ti.ko] y [nes.'t͡ɬe] en México,[416] mientras que en España se pronuncian [ad.'lan.ti.ko] y [nes.'le], respectivamente.[417][418] Por otro lado, dado que la letra “x” representa los sonidos [ks], [gs], [s], [x] y [ʃ] en el español de México, puede haber varias pronunciaciones para la misma palabra. Por ejemplo, xenofobia se pronuncia como [seno'foβia], [ʃeno'foβia] o aun [xeno'foβia]. Esta última pronunciación ha quedado registrada en los discursos de varios diplomáticos y escritores mexicanos, tales como Adolfo López Mateos,[419][420] Alfonso Reyes Ochoa[421] y otros.[422][423] De igual forma, xilocaína se pronuncia [xiloka'ina], y xilófono llega a ser pronunciada como [si'lofono] o [ʃi'lofono].
Fonología
El sistema fonológico del español está compuesto por un mínimo de 17 fonemas consonánticos (y algunas variedades de España pueden llegar a presentar hasta 19 fonemas al disponer además de los fonemas /ʎ/ y /θ/). En cuanto a las vocales, la mayoría de variedades solo cuentan con 5 fonemas y varios alófonos. En algunas variedades del andaluz y otros dialectos meridionales del español pueden tener hasta 10 vocales en oposición fonológica, ya que en ellas el rasgo ATR de apertura puede llegar a ser relevante, duplicándose el número de vocales.
Donde se han indicado mediante paréntesis (•) los fonemas que no están presentes en todas las variedades de español.
Velocidad de pronunciación
En un estudio realizado por la Universidad de Lyon se compararon los idiomas: alemán, español, francés, inglés, italiano, japonés, mandarín y vietnamita. Se llegó a la conclusión de que solo el japonés es capaz de superar al español tanto en rapidez como en baja densidad de información por sílaba pronunciada. Las cifras para el idioma español fueron: 7,82 sílabas por segundo, frente a la media de 6,1 sílabas en inglés en esa misma fracción de tiempo, confirmando que la rapidez del idioma se debe a la adaptación a su estructura.[424]
Alfabeto
El alfabeto usado por el idioma español es el alfabeto latino, del que se emplean 27 letras: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.
En español moderno la «h» no se corresponde con ningún fonema (aunque en castellano antiguo y algunos dialectos regionales modernos sigue representando el fonema /h/). Todas las variantes de español cuentan con al menos 22 fonemas (17 consonánticos y cinco vocálicos), teniendo algunas variantes hasta 24 fonemas (dos fonemas que aparecen en español ibérico central y septentrional y no aparecen en todas las variantes son /θ/ y /ʎ/). Además, no hay correspondencia exacta entre el resto de letras y fonemas (por ejemplo, «c» = /k/ ante /a, o, u/ y /θ/ ante /e, i/ en España). Asimismo, se emplean también cinco dígrafos para representar otros tantos fonemas: «ch», «ll», «rr», «gu» y «qu», considerados estos dos últimos como variantes posicionales para los fonemas /g/ y /k/.[425]
Los dígrafosch y ll fueron considerados como letras independientes del alfabeto español desde 1754 hasta 2010, por lo que ambos signos gráficos estuvieron listados aparte en los diccionarios de 1803 a 1994, debido a que mantienen una pronunciación propia que es distinta a la de las letras individuales que los componen (c y l). Asimismo la mayoría de hablantes de español hablan variedades que presentan yeísmo, bajo el cual la pronunciación de la ll es idéntica a la de la y cuando esta última se pronuncia como consonante, aunque su sonido sea tradicionalmente considerado un fonema lateral palatal.
La letra «r» puede representar el fonema /ɾ/ (final o inicio de sílaba media) o /r/ (inicio de palabra, o tras consonantes) tal como muestran los siguientes ejemplos:
dar ocas /'da'ɾokas/
da rocas /'da'rokas/
dar rocas /'daɾ'rokas/
Israel /isra'el/ (no /isɾa'el/)
sonreír /sonre'iɾ/ (no /sonɾe'ir/)
En cambio el dígrafo «rr» siempre representa el fonema /r/.
El español es una lengua flexiva de tipo fusional, es decir, en las oraciones se usa preferentemente la flexión para indicar las relaciones entre sus elementos. Sin embargo, a pesar de su carácter de lengua flexiva, también recurre al uso de preposiciones, palabras abstractas que sirven de nexo y son invariables. Por la forma en que se marcan los argumentos de los verbos transitivos e intransitivos, se agrupa dentro de las lenguas nominativo-acusativas.
En el nombre y el adjetivo las categorías de número y género son obligatorias, cosa que se manifiesta tanto en las terminaciones como la forma del artículo que requiere un nombre o adjetivo cuando va precedido de artículo. Los pronombres personales distinguen las categorías de número y caso y en la tercera persona además género. El verbo distingue sistemática entre formas de singular y plural, además tiene formas según tiempo, modo, aspecto y voz.
Morfología
Las palabras del español se forman mediante lexemas o raíces a los que se agregan morfemas gramaticales o gramemas (como el género masculino o femenino y el número singular o plural para los sustantivos y adjetivos, y el modo, tiempo, voz, aspecto y persona y número para el verbo), más todo tipo de afijos que sirven para formar palabras derivadas o bien para marcar la afectividad, como ocurre con la especialmente abundante y característica derivación en sufijos diminutivos, muchos de ellos de uso más bien local. La sufijación se emplea tanto para la flexión como para la derivación, mientras que la prefijación siempre es derivativa, nunca flexiva. La flexión también puede realizarse suprasegmentalmente mediante la posición del acento:
La sintaxis es el ámbito de las oraciones y sus constituyentes sintácticos, y se ocupa de estudiar la manera en que los elementos discretos del lenguaje se combinan entre sí, así como las restricciones de orden sintáctico, coocurrencia y concordancia, existentes entre ellos. El orden básico más común con verbos (que no sean inergativos) y con sujeto y objeto definidos es SVO, aunque pragmáticamente el orden de estos elementos es bastante libre. Las restricciones de orden afectan casi exclusivamente a los clíticos y los elementos de polaridad negativa, y a elementos relacionados con categorías funcionales.
Las oraciones compuestas del español incluyen restricciones complejas de la consecutio temporum y restricciones por la distinción entre un modo indicativo y un modo subjuntivo. Frecuentemente las reglas de elección del modo de la oración subordinada no resultan sencillas. De hecho este es uno de los aspectos más difíciles para los estudiantes de español como segunda lengua.
Además el español, como la mayoría de lenguas indoeuropeas y a diferencia de lenguas como el chino o el japonés, usa extensivamente diversos tipos de concordancia de número, género y polaridad. Estas relaciones de concordancia con frecuencia se dan entre diferentes sintagmas. Tipológicamente el español es una lengua de núcleo inicial y pocas restricciones de orden en cuanto a los argumentos verbales y adjuntos sintácticos. Además el español es una lengua que usa preferentemente el marcaje de complemento.
En algunas variantes del castellano americano se emplea la forma vos para el pronombre de segunda persona singular en lugar del tú estándar; normalmente esta variación está acompañada de una conjugación particular.
En el español de la península el voseo fue, en un principio, tratamiento solo propio de nobles o como forma de respeto similar al actual usted (vuestra merced). La irrupción de la forma vuestra merced, progresivamente contraída a usted, reestructuró el uso de los pronombres en España, de forma que vos comenzó a usarse como fórmula de trato entre iguales y entraba en competencia con tú. Con el paso del tiempo el uso culto de España rechazó el voseo dejando el ustedeo como forma de respeto y el tuteo para el uso familiar o entre iguales. La colonización de América a finales del siglo XVI se produjo cuando vos todavía se usaba para el trato entre iguales y con este valor se implantó en varias zonas como forma popular de tratamiento para la segunda persona del singular, pero perdió sus connotaciones de prestigio. En España no sobrevive actualmente, aunque sí la forma de segunda persona de plural vosotros, que también tiene su origen en el vos latino. Los núcleos urbanos cultos de América que quedaron más expuestos a la influencia del español europeo siguieron la reestructuración de los pronombres de la península y rechazan el vos en favor del tuteo (casi todo México, las Antillas y Perú), mientras que en el resto el voseo ha sobrevivido, con distinta consideración, hasta la actualidad.
En Argentina, Paraguay y Uruguay el «vos» ha incluso desplazado casi por completo al «tú» de las fuentes escritas. No obstante hay escritores rioplatenses que aún mantienen la forma clásica «tú» para sus obras de ficción, como el poeta uruguayo Mario Benedetti.
En Guatemala el tuteo es usado más frecuentemente entre personas de diferente sexo, cuando un hombre le habla a una mujer que no conoce por lo general el trato es de «tú», cuando hay más confianza se vosea.
En El Salvador el tuteo es común, se usa como cortesía o respeto en ciertos registros, por ejemplo, cuando se habla con extranjeros, cuando se habla en público, publicidad, correspondencia, etc. Si la situación es espontánea, se suelen utilizar ambos. Es normal entre iguales, y mayoritariamente entre la clase baja, no así el voseo el cual es normal entre la clase media y alta.
En Nicaragua el uso del «tú» está extinto, toda la población utiliza el «vos» para las situaciones informales y «usted» para las formales. Si alguien tutea, se considera una persona extranjera, o quien imita otra cultura, el uso del «tú» o su conjugación en algunas frases u oraciones es a raíz de muchas telenovelas hispanoamericanas donde el tuteo es común.
En Costa Rica, vos es muy común como pronombre informal, mientras que «usted» es el pronombre formal. Existen hablantes que usan exclusivamente el «usted», sin importar si su uso es formal o informal. Existen también hablantes que usan el tuteo, pero este uso es rechazado por los hablantes voseantes.
En Venezuela el voseo es común en el Estado Zulia y en la parte centroccidental del Estado Falcón.
El léxico del español está constituido por alrededor de un 70 % de palabras derivadas del latín, un 10 % derivadas del griego, un 8 % del árabe, un 3 % del gótico, y un 9 % de vocablos derivados de distintos idiomas.
De las lenguas prerromanas de la península (íbero, euskera, celta o tartesio) existen bastantes topónimos, algunas palabras (barro, perro, cama, gordo, nava) y algún antropónimo aislado, como Indalecio. El asentamiento de pueblos germánicos como los visigodos, los vándalos o los suevos insertó bastantes nombres de pila (Enrique, Gonzalo, Rodrigo) y sus respectivos apellidos (Enríquez, González, Rodríguez), el sufijo -engo en palabras como «realengo» y vocabulario referente a la guerra como «yelmo» y «espía».
Además, la ya mencionada época musulmana dio paso a la adopción de numerosos arabismos. En morfología, cabe apuntar que viene del árabe el sufijo -í de gentilismos tales como «ceutí» o «israelí».
En el siglo XVI se introdujeron numerosos italianismos referentes a las artes, pero también gran número de palabras indígenas o americanismos, referentes a plantas, costumbres o fenómenos naturales propios de esas tierras, como
batata, papa, yuca, cacique, hamaca, huracán, cacao, chocolate;
procedentes del náhuatl, las lenguas mayenses, las lenguas arahuacas (primordialmente el taíno) y el quechua.
En el siglo XVII entraron numerosos cultismos por influjo de la lengua gongorina o culterana. En el siglo XVIII, galicismos o palabras tomadas del francés referentes sobre todo a la moda, la cocina y la burocracia como puré, tisú, menú, peluquín, maniquí, restorán/restaurante, buró, carné, gala y bricolaje, entre otras. En el siglo XIX, se incorporaron nuevos préstamos, sobre todo del inglés y el alemán, aunque también del italiano en ámbitos referentes a la música, en particular la ópera (batuta, soprano, piano, radio), y la cocina. En el siglo XX se acentuó muchísimo la presión del inglés en los campos de la tecnología, la informática, la ciencia y el deporte: set, penalti, fútbol, e-mail, Internet, software. Todos estos son conocidos como préstamos lingüísticos.
Sin embargo, la Real Academia Española ha hecho, durante estos últimos años, grandes esfuerzos para evitar el uso de estos vocablos proponiendo alternativas más acordes con la ortografía tradicional del español (entre otros muchos ejemplos: zum en lugar de zoom, correo electrónico en lugar de e-mail, fútbol o balompié en lugar de football…). Aunque la mayoría de estas iniciativas han ido calando en la sociedad, ciertas propuestas no han tenido demasiada acogida, a pesar de ser recomendadas por la RAE.
Por lo general, América es más susceptible a los préstamos del inglés o anglicismos (mouse, en España: «ratón»), debido en buena medida al contacto más cercano con Estados Unidos. Por su lado, España lo es a los galicismos o palabras tomadas de la vecina Francia (como el galicismo «ordenador» en el español de la península ibérica, en contraste con el anglicismo «computadora» o «computador» en el español americano).
Respecto a las lenguas eslavas, la mayoría de los préstamos proviene del idioma ruso.[427] No obstante, también hay vocablos en español que provienen del checo y del eslovaco. La mayoría de los préstamos del checo se asimilaron al español a partir de otros idiomas, como el francés y el inglés, con origen checo, como pistola o robot. No obstante, la mayor parte de las palabras provenientes del checo son sustantivosepónimos.[428]
El español se escribe mediante una variante del alfabeto latino con la letra adicional «ñ» (eñe) y los dígrafos «gu», «qu», «rr», «ch» y «ll», considerados estos dos últimos como letras del abecedario desde 1754 hasta 2010, y que estuvieron listados aparte de la «c» y de la «l» entre 1803 (cuarta edición del DRAE) y 1994, debido a que representan un solo sonido, distinto de las letras que lo componen.
Así, el alfabeto español está formado por veintisiete letras: «a», «b», «c», «d», «e», «f», «g», «h», «i», «j», «k», «l», «m», «n», «ñ», «o», «p», «q», «r», «s», «t», «u», «v», «w», «x», «y» y «z».
Los dígrafos «ch» y «ll» tienen valores fonéticos específicos, por lo que en la Ortografía de la lengua española de 1754[429] comenzó a considerárseles como letras del alfabeto español y a partir de la publicación de la cuarta edición del Diccionario de la lengua española en 1803[430][431] se ordenaron separadamente de «c» y «l»,[432] y fue durante el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española celebrado en Madrid en 1994, y por recomendación de varios organismos, que se acordó reordenar los dígrafos «ch» y «ll» en el lugar que el alfabeto latino universal les asigna, aunque todavía seguían formando parte del abecedario.[433] Con la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010, ambas dejaron de considerarse letras del abecedario.[434]
[435] Además, a diferencia de otros idiomas en el resto del mundo, el español es el único idioma que emplea signos gráficos de interrogación y exclamación de apertura que no poseen otras lenguas («¿» y «¡»), los cuales se ponen al inicio de la pregunta o exclamación, y al final de la pregunta o exclamación sus respectivas contrapartes de cierre («?» y «!»). De esta manera se puede diferenciar al español de otros idiomas en referencia a la creación de preguntas y exclamaciones (nótese que estos signos de apertura fueron introducidos en la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia de la Lengua). Estos signos especiales facilitan la lectura de preguntas y exclamaciones largas que oralmente solo se expresan por variaciones de entonación. En otros idiomas «¿» y «¡» no son necesarios debido a que su sintaxis oral no causa ambigüedad al ser leída, ya que existen inversión de sujeto, auxiliares especiales, locuciones ―por ejemplo: Is he coming tomorrow?, Vient-il demain?, Kommt er morgen?, ¿Viene mañana?―.
Las vocales constituyen siempre el centro o núcleo de la sílaba, aunque la «i» y la «u» pueden funcionar como semiconsonantes antes de otro núcleo vocálico y como semivocales después. Un núcleo vocálico de sílaba puede sonar más fuerte y alto que los restantes núcleos silábicos de la palabra si lleva el llamado acento de intensidad, que se escribe según unas normas ortográficas con el signo denominado acento ortográfico o tilde para marcar el golpe de voz cuando este no sigue el patrón habitual, o para distinguir vocablos que se escriben igual (véase acento diacrítico).
Además, la letra «u» puede llevar diéresis («ü») para indicar que es pronunciada en los grupos «güe» y «güi». En la poesía, las vocales «i» y «u» pueden llevar también diéresis para romper un diptongo y ajustar convenientemente la métrica de un verso determinado (por ejemplo, «ruido» tiene dos sílabas, pero «ruïdo» tiene tres). El español es una lengua que posee una marcada tendencia antihiática, por lo cual suelen reducirse en el habla relajada los hiatos a diptongos, e incluso reducirse estos a una sola vocal: indoeuropeo > *indouropeo > *induropeo; ahora > *ahura > *ara; héroe > *herue.
Un estudio de una fundación privada sugiere que el valor económico del idioma español en España está cifrado en un 15,6 % del PIB del país. En la actualidad, tres millones y medio de personas poseen empleos directamente relacionados con el español, un millón más que la pasada década. Además, compartir la lengua española, explica que los intercambios comerciales de España con Iberoamérica, particularmente, se multiplican por 2,5 veces.[436] Compartir el español aumenta en cerca de un 290 % el comercio bilateral entre los países hispanohablantes.[437]
También son factores de valor económico; la propia enseñanza de la lengua, la industria cultural, la edición de publicaciones, la gastronomía, la ciencia, la arquitectura, el deporte y el turismo.
Según el Instituto Cervantes, el número de turistas idiomáticos que llegan a España ha crecido, desde el 2000 hasta el 2007, un 137,6 %. Y el sector turístico español cifra en 462,5 millones de euros los ingresos del turismo idiomático en España en 2007. Los 237 600 estudiantes que llegaron a España en ese año destinaron 176,5 millones a los cursos de español, de los que el 86 % fue a parar a centros privados de idiomas y el porcentaje restante a las universidades.[438]
La Real Academia Española (RAE) y el resto de Academias de la Lengua Española forman conjuntamente la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que declara tener como fin impulsar la unidad, integridad y desarrollo del idioma español.[440] Como entidades regulatorias trabajan para difunfir las reglas del uso prescriptivo del idioma y recomendar su aplicación en la lengua hablada y escrita. Estas normas se han visto plasmadas en varias obras de gramática, ortografía y lexicografía, en particular la Ortografía de la lengua española (1999), el Diccionario panhispánico de dudas (2005), la Nueva gramática de la lengua española (2009) y el Diccionario de la lengua española, con 23 ediciones publicadas entre 1780 y 2014 (habiendo sido la última revisada en 20179 y actualizada en 201810 con la designación versión electrónica 23.2).
La ASALE abarca en la actualidad 24 academias,[441] todas en países donde el castellano es idioma oficial o vehicular de facto, más Estados Unidos e Israel. El caso de Israel es atípico al no tratarse de un país de habla hispana mayoritaria, sino donde se encuentran las instituciones que preservan, investigan y fomentan el uso del judeoespañol, por lo que no están sujetas a la aplicación de las normas actuales del idioma español. A tal fin se constituyó en 2018 la Academia Nacional del Judeoespañol, siendo la última en integrarse en la ASALE (en 2020).[442]
↑43,4 millones de hablantes nativos + 15,3 millones con competencia limitada, entre los que hay 8,6 millones de estudiantes de español. No se consideran parte de los 7.7 millones de inmigrantes hispanos indocumentados no reflejados en el censo.
↑Población indígena que no habla español: 148.392 (el
6,40 % de 2.318.622)
↑Población con competencia limitada de español: 1.005.682 personas. Población indígena que no habla español: 335.576 personas.
↑Población indígena que no habla español: 219.534 (el
27 % del total de la población indígena, 813.089)
↑Población indígena que no habla español: 85.869 (el
4,50 % del total de la población indígena, 1.908.206)
↑Grupo de competencia limitada: 537.552 personas. Población indígena que no habla español: 451.533 (el 34,21 % del total de la población indígena, 1.319.954)
↑Población indígena que no habla español: 1.638.867 (el
20,87 % del total de la población indígena, 7.850.978). Hablantes con competencia limitada: 3.240.126
↑Población indígena que no habla español: 267.729 (el
4,58 % del total de la población indígena, 5.841.360).
↑Población con competencia limitada de español: 2.456.048 personas. Población indígena que no habla español: 19.253 personas.[241]
↑Población indígena que no habla español: 69.667 personas (el 88,7 de un total de 616.514).
↑1 183 119 hablantes nativos inmigrantes (Idioma español en Brasil) + 170 444 hablantes de español con competencia limitada + 4 048 338 estudiantes de español. 5 500 000 podían mantener una conversación en 2013.[254].
↑897 indígenas
que no hablan español de una población de 68.128 indígenas.
↑69.667 indígenas
que no hablan español de una población de 546.847 indígenas.
↑159.985 hablantes con competencia limitada, teniendo en cuenta hablantes en casa de inglés y de otras lenguas.
↑No existe declaratoria constitucional de lengua oficial, aunque el español es la lengua de las instituciones públicas de facto. Véase lenguas de Chile.
↑No existe declaratoria constitucional de lengua oficial, aunque la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos IndígenasArchivado el 17 de mayo de 2017 en Wayback Machine. establece, en su artículo 4.º, que «Las lenguas indígenas que se reconozcan en los términos de la presente Ley y el español son lenguas nacionales por su origen histórico y tendrán la misma validez». El español es la lengua utilizada por las instituciones públicas. Véase lenguas de México.
↑No existe declaratoria constitucional de lengua oficial, aunque el español es la lengua de las instituciones públicas de facto.
↑ abAsamblea Nacional Constituyente (24 de marzo de 2000). «Constitución de Venezuela». Tribunal Supremo de Justicia. Archivado desde el original el 12 de enero de 2014. Consultado el 10 de enero de 2014. «Artículo 9. El idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad.»
↑«[…] para los saharauis el español, su segunda lengua, no supone desarraigo sino que es una parte más de su identidad como pueblo y cultura heterogénea [...]» Bahia Mahmud Awah. El porvenir del español en el Sahara Occidental. Bubok Colección. p. 4. ISBN978-84-613-0943-6.
↑Carta de las Naciones Unidas Artículo 111: «La presente Carta, cuyos textos en chino, francés, ruso, inglés y español son igualmente auténticos, será depositada en los archivos del Gobierno de los Estados Unidos de América. Dicho Gobierno enviará copias debidamente certificadas de la misma a los Gobiernos de los demás Estados signatarios».
↑Tratado de Lisboa Artículo 7:
«El presente Tratado, denominado Tratado de Lisboa, redactado en un ejemplar único, en lenguas alemana, búlgara, checa, danesa, eslovaca, eslovena, española, estonia, finesa, francesa, griega, inglesa, irlandesa, italiana, letona, lituana, húngara, maltesa, neerlandesa, polaca, portuguesa, rumana y sueca, cuyos textos en cada una de estas lenguas son igualmente auténticos, será depositado en los archivos del Gobierno de la República Italiana, que remitirá una copia autenticada a cada uno de los Gobiernos de los demás Estados signatarios».
↑Protocole sur les Amendements a l’Acte Constitutif de l’Union Africaine Article 11 Langues officielles: A l’article 25 de l’Acte (Langues de travail), remplacer le titre «Langues de travail» par «Langues Officielles» et remplacer la disposition existante par: «1. Les langues officielles de l’Union et de toutes ses institutions sont: l’arabe, l’anglais, le français, le portugais, l’espagnol, le kiswahili et toute autre langue africaine».
↑Carta de la Organización de los Estados Americanos Capítulo XXI Ratificación y Vigencia Artículo 139: «La presente Carta queda abierta a la firma de los Estados americanos, y será ratificada de conformidad con sus respectivos procedimientos constitucionales. El instrumento original, cuyos textos en español, inglés, portugués y francés son igualmente auténticos, será depositado en la Secretaría General, la cual enviará copias certificadas a los Gobiernos para los fines de su ratificación. Los instrumentos de ratificación serán depositados en la Secretaría General y ésta notificará dicho depósito a los Gobiernos signatarios».
↑Estatutos de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura Capítulo I Naturaleza y Fines Artículo 1: «La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura u Organização dos Estados Ibero-Americanos para a Educação, a Ciência e a Cultura, anteriormente denominada Oficina de Educación Iberoamericana es un Organismo Internacional de carácter gubernamental para la cooperación entre los países iberoamericanos en los campos de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura en el contexto del desarrollo integral. Sus siglas son OEI y sus idiomas oficiales el español y el portugués».
↑Capítulo XXII del TLCAN Artículo 2206: Textos Auténticos: «Los textos en español, francés e inglés de este Tratado son igualmente auténticos».
↑Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones SuramericanasArchivado el 6 de diciembre de 2008 en Wayback Machine. Artículo Transitorio: «...Suscrito en la ciudad de Brasilia, República Federativa del Brasil, a los veintitrés días del mes de mayo del año dos mil ocho, en originales en los idiomas portugués, castellano, inglés y neerlandés, siendo los cuatro textos igualmente auténticos».
↑FIFA StatutesArchivado el 4 de noviembre de 2015 en Wayback Machine. Artículo 8 Numeral 1: «El inglés, francés, español y alemán, son las lenguas oficiales de la FIFA».
↑Real Academia Española. «castilla». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
↑Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2023). «español». Diccionario panhispánico de dudas (2.ª edición, versión provisional).
↑Se observa también en la obra pidalina una evolución que se dirige en esta misma dirección, pues si en «Orígenes del Español» (1926) se da una visión del castellano como una lengua que irrumpe en el continuum lingüístico peninsular, en «El idioma español en sus primeros tiempos» (1942) se describe la formación del castellano como el resultado de la confluencia de cuatro substratos: el mozárabe, el asturleonés, el navarro-aragonés y el castellano.
↑Wolf y Ruhstaller (1996: 109-112) muestran que las glosas no pueden ser castellanas ni riojanas, y que los rasgos que presentan corresponden al área navarro-aragonesa. Estos autores sostienen que las glosas están escritas en romance aragonés.
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↑Burke, Peter (2004): Languages and Communities in Early Modern Europe, Cambridge University Press; nótese que en algunas lenguas romances de la península como el catalán habían aparecido obras impresas en 1474.
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↑Según la Constitución del 2008, título I, artículo 2Archivado el 17 de junio de 2009 en Wayback Machine.: «El castellano es el idioma oficial del Ecuador; el castellano, el kichwa y el shuar son idiomas oficiales de relación intercultural. Los demás idiomas ancestrales son de uso oficial para los pueblos indígenas en las zonas donde habitan y en los términos que fija la ley. El Estado respetará y estimulará su conservación y uso»
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↑46 698 137 en España (98,8 % de 47 265 321 según el INE en 2012) + 23 203 930 en el resto de la UE (15 % en la UE en total incluyendo España) + 123 000 en Suiza (el 1,7 %) + 53 963 en Andorra (el 68,70 %) + 36 250 en Noruega + 23 320 en Rusia. Véase tabla de hablantes de español.
↑[2]Agencia EFE Rusia apuesta por el español en la educación pública
↑«Argentinos en Israel». web.archive.org. 23 de abril de 2016. Archivado desde el original el 23 de abril de 2016. Consultado el 31 de diciembre de 2020.
↑El número de hablantes en los países con el español oficial (filas más oscuras), se obtiene aplicando los porcentajes de la columna anterior sobre los datos de población actualizados.
↑El 93.8 % habla solamente español como lengua materna, el 5.4 % habla español y una lengua indígena. Población indígena monolingüe: 0,6 %. No especificado 0,2% (cia.gov).
↑La población hispana en 2023 es de 65 140 277 (Census Bureau 2023). El 82 % habla bien español según la encuesta Centro Hispano Pew, realizada en 2011. pewhispanic.org Por otro lado, 2,8 millones de no hispanos hablan español en sus casas. pewhispanic.org. Aún quedarían sin contabilizar parte de los 7,7 millones de indocumentados hispanos que no están en el censo, y los no hispanos que han aprendido correctamente la lengua, aunque no lo hablen en sus casas.
↑ abcINE (2021): En España, el 85,6 % habla español siempre o frecuentemente en familia (77,1 % siempre y 8,5 % frecuentemente), el 96 % habla bien español, y el 99,5 % entiende y habla, aunque sea con dificultad.
↑datosmundial.com: El 96.9% habla español nativamente. Ethnologue: Hay 1 098 244 de personas que hablan otra lengua como lengua materna. 310 244 hablan lenguas indígenas, de las que la principal es Wayuu con 199 000. Las principales lenguas extranjeras son el chino (400 000), el portugués (254 000), y el árabe (110 000).
↑Hay 281 600 personas que hablan otra lengua. Las principales lenguas son el mapudungún (250 000): Ethnologue. También es importante el criollo haitiano.
↑Hay más de 433.000 emigrantes de países de predominante habla española: 310 072 emigrantes españoles en Francia en 2024 según el INE, además, 31 151 colombianos, 16 473 chilenos, 14 807 argentinos, 13 390 mexicanos, 13 361 peruanos, 7 249 venezolanos, 5 466 cubanos, 4 730 ecuatorianos, 3 992 dominicanos, 3 598 bolivianos, 3 423 guatemaltecos, 2 784 uruguayos, 1 271 salvadoreños, 1 178 paraguayos. (datosmacro 2020) Por otro lado, habría que considerar los emigrantes españoles nacionalizados franceses que siguen sabiendo hablar español, o los descendientes de emigrantes españoles nacidos en Francia que hablan español en sus casas.
↑Hay 268 456 inmigrantes de países de predominante habla hispana en el Reino Unido, de los que el 94.5 % habla español nativo (Pág 26): 181 181 españoles (INE, a 2023) + 25 001 colombianos + 11 385 argentinos + 9 726 mexicanos + 8611 venezolanos + 8063 chilenos + 7739 ecuatorianos + 7426 peruanos + 3212 bolivianos + 2333 cubanos + 1532 uruguayos + 1284 salvadoreños + 963 guatemaltecos (datosmacro, 2020).
↑92 328 emigrantes de países de predominante habla hispana en Países Bajos, de los que el 94.5 % habla español (pág 26): 32 785 españoles 2023 + 16 127 colombianos + 9581 dominicanos + 5721 mexicanos + 5162 venezolanos + 4749 peruanos + 4371 argentinos + 3897 chilenos + 2792 ecuatorianos + 1501 cubanos + 1063 bolivianos + 4579 de otros países hispanohablantes (datosmacro, 2020)
↑Hay más de 50 000 emigrantes de países de predominante habla hispana en Portugal (se les aplica el porcentaje de los que hablan español [3]): 27 732 venezolanos x 0,973 (2020) + 17 182 españoles x 0,96 2024 + 1858 cubanos x 0,991 (2020) + 1512 argentinos x 0,987 + 736 colombianos x 0,99 (2020).
↑Hay 114 647 emigrantes de países de predominante habla hispana en Bélgica, de los que el 94.6 % habla español (pág 26): 74 413 españoles (2023) + 7250 colombianos + 6712 ecuatorianos + 4350 chilenos + 3979 peruanos + 3133 mexicanos + 3078 dominicanos + 2613 venezolanos + 2587 argentinos + 1926 cubanos + 1274 bolivianos + 3332 de otros países hispanohablantes (datosmacro, 2020)
↑89 039 emigrantes de países de predominante habla hispana en Suecia, de los que el 94.5 % habla español (p. 26): chilenos 28 709 + colombianos 12 894 + españoles 12 783 + peruanos 8093 + bolivianos 4739 + argentinos 3503 + salvadoreños 3200 + mexicanos 3099 + cubanos 2992 + ecuatorianos 2643 + uruguayos 2249 + venezolanos 1535 + otros 2600 (datosmacro, 2020). Según el censo sueco de 2015: (www.statistikdatabasen.scb.se)
↑Hay 6.281 emigrantes de países de predominante habla hispana en Filipinas. Aplicando los porcentajes de hablantes de español con dominio nativo (cervantes.es), resulta un total de 5.833 nativos: españoles (INE 2024) 4820 x 0,96 + 363 mexicanos (Gobierno de México 2020) + ecuatorianos 487 x 0,958 + argentinos 155 x 0,981 + colombianos 131 x 0,992 + peruanos 117 x 0,866 + chilenos 97 x 0,959 + costarricenses 40 x 0,993 + bolivianos 36 x 0,83 guatemaltecos 35 x 0,783 (datosmacro, 2020)
↑cervantes.es: Hay 461 689 hablantes de chabacano (lengua criolla de base española) recogidos en el censo de 2010, 33 600 estudiantes de español, y 3000 nativos. No se contabilizan 1 730 000 filipinos con competencia pasiva en español desde 1986.
↑Hay 4.576 inmigrantes de países de predominante habla hispana en Polonia, de los que el 93,63 % habla español nativo (Pág 7): 3.053 españoles (INE, 2023) + 357 argentinos + 294 cubanos + 278 mexicanos + 161 colombianos + 144 peruanos + 120 uruguayos + 94 venezolanos + 75 chilenos (datosmacro, 2020).
↑Hay 17 085 inmigrantes de países de predominante habla hispana en Dinamarca, de los que el 94.6 % habla español nativo (Pág 7): 4913 españoles (2019) + 3750 colombianos + 1848 chilenos + 1403 argentinos + 1327 mexicanos + 1268 peruanos + 809 venezolanos + 683 ecuatorianos + 554 cubanos + 530 bolivianos (datosmacro, 2017).
↑www.state.gov. Estimación de la población para 1/6/2019
↑6844 emigrantes de países de predominante habla hispana en Finlandia, de los que el 94.6 % habla español (pág 7): 2405 españoles (2019) + 1286 colombianos + 928 mexicanos + 625 peruanos + 472 argentinos+ 564 chilenos + 564 cubanos (datosmacro, 2017).
↑Hay 26 516 inmigrantes de países de predominante habla hispana en Noruega, de los que el 94.6 % habla español nativo (Pág 7): 6116 españoles (2019) + 7140 chilenos + 6131 colombianos + 1599 peruanos + 1319 mexicanos + 1168 argentinos + 1148 venezolanos + 1039 cubanos + 856 dominicanos (datosmacro, 2017).
↑Hay 6207 inmigrantes de países de predominante habla hispana en Rusia, de los que el 94.6 % (5872) habla español nativo (Pág 7): 2400 españoles (INE, 2021) + 2226 cubanos + 276 peruanos + 251 argentinos + 240 ecuatorianos + 205 colombianos + 203 mexicanos + 120 uruguayos + 106 chilenos + 97 venezolanos + 83 bolivianos (datosmacro, 2019).
↑Hay 2637 inmigrantes de países de predominante habla hispana en República Checa, de los que el 94.6 % habla español nativo (Pág 7): 1520 españoles (2019) + 397 cubanos + 262 mexicanos + 165 colombianos + 182 peruanos + 111 argentinos (datosmacro, 2017).
↑Hay 6408 inmigrantes de países de predominante habla hispana en Luxmburgo, de los que el 94.6 % habla español nativo (Pág 7): 6166 españoles (2019) + 104 peruanos + 61 chilenos + 40 argentinos + 37 dominicanos (datosmacro, 2017).
↑Hay 13 729 emigrantes: 4675 españoles (INE 2023) de los que el 96 % habla español + 10 455 peruanos (datosmacro, 2020) de los que el 86,6 % habla español.
↑Hay 50 000 inmigrantes de países de predominante habla hispana en EAU, de los que el 94.6 % habla español nativo (Pág 7). Hay 5577 españoles según el INE en (2019).
↑5552 emigrantes de países de predominante habla hispana en Turquía, de los que el 94.6 % habla español (pág 7): 4897 españoles (2019) + 180 mexicanos + 165 argentinos + 310 Otros (datosmacro, 2017).
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Como ya se ha explicado (v. § 5.2), solo son propiamente letras los grafemas, esto es, los signos gráficos simples. Por esta razón, no deben formar parte del abecedario las secuencias de grafemas que se emplean para representar ciertos fonemas.
En español, además de las veintisiete letras arriba indicadas, existen cinco dígrafos o combinaciones de dos letras, que se emplean para representar gráficamente los siguientes fonemas:
a) El dígrafo ch representa el fonema /ch/: chapa, abochornar.
b) El dígrafo ll representa el fonema /ll/ (o el fonema /y/ en hablantes yeístas): lluvia, rollo.
c) El dígrafo gu representa el fonema /g/ ante e, i: pliegue, guiño.
d) El dígrafo qu representa el fonema /k/ ante e, i: queso, esquina.
e) El dígrafo rr representa el fonema /rr/ en posición intervocálica: arroz, tierra.
↑«Desde la segunda edición de la ortografía académica, publicada en 1754, venían considerándose letras del abecedario español los dígrafos ch y ll (con los nombres respectivos de che y elle), seguramente porque cada uno de ellos se usaba para representar de forma exclusiva y unívoca un fonema del español (antes que la extensión del yeísmo alcanzara los niveles actuales y diera lugar a que hoy el dígrafo ll represente dos fonemas distintos, según que el hablante sea o no yeísta). Es cierto que se diferenciaban en esto de los demás dígrafos, que nunca han representado en exclusiva sus respectivos fonemas: el fonema /g/ lo representa también la letra g ante a, o, u (gato, goma, gula); el fonema /k/ se escribe además con c ante a, o, u y con k (cama, cola, cuento, kilo, Irak); y el fonema /rr/ se representa con r en posición inicial de palabra o detrás de consonante con la que no forma sílaba (rama, alrededor, enredo).
Sin embargo, este argumento no es válido desde la moderna consideración de las letras o grafemas como las unidades mínimas distintivas del sistema gráfico, con independencia de que representen o no por sí solas una unidad del sistema fonológico. Por lo tanto, a partir de este momento, los dígrafos ch y ll dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo cual no significa, naturalmente, que desaparezcan de su sistema gráfico; es decir, estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas. El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes básicos, ya que los dígrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en el inventario. Con ello, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.». Citado en RAE y ASALE (2010). Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. pp. 64-65. ISBN978-6-070-70653-0.
↑«Debido a su anterior consideración de letras del abecedario, los dígrafos ch y ll tuvieron un apartado propio en el diccionario académico desde su cuarta edición (1803) hasta la vigesimoprimera (1992), de modo que las palabras que comenzaban por esos dígrafos o los contenían se ordenaban alfabéticamente aparte, es decir, después de completarse la serie de palabras con c y l. En el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en Madrid en 1994, sin dejar de considerar aún los dígrafos ch y ll como letras del abecedario, se acordó no tenerlos en cuenta como signos independientes a la hora de ordenar alfabéticamente las palabras del diccionario. Así, en la vigesimosegunda edición del DRAE (2001), primera publicada con posterioridad a dicho congreso, los vocablos que incluían esos dígrafos ya se alfabetizaron en el lugar que les correspondía dentro de la c y de la l, respectivamente.». Citado en RAE y ASALE (2010). Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. p. 65. ISBN978-6-070-70653-0.
Wolf, Heinz-Jürgen y Stefan Ruhstaller: Las Glosas Emilianenses. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1996.
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Real Academia Española - Institución española especializada en lexicografía, gramática, ortografía y bases de datos lingüísticas. Productora del diccionario de referencia de la lengua española.
Instituto Cervantes - El Instituto Cervantes es la institución pública creada por España en 1991 para promover universalmente la enseñanza, el estudio y el uso del español y contribuir a la difusión de las culturas hispánicas en el exterior.
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