Santo Tomé de Zabarcos
Santo Tomé de Zabarcos es un municipio de España perteneciente a la provincia de Ávila, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Cuenta con una población de 71 habitantes (INE 2024). SímbolosVéase también: Escudo de Santo Tomé de Zabarcos
Destacan el escudo y la bandera.[1]
La descripción textual de la bandera es la siguiente:
GeografíaEsta pequeña localidad se encuentra en el noroeste de la provincia de Ávila, a 30 km de la capital provincial en dirección a Salamanca. Emplazada en la comarca denominada La Moraña. Se encuentra regado por los ríos Zapardiel y Arevalillo, ambos de poco caudal, sometidos a estiaje estival, llegando a secarse sus cauces en verano, pero que a su paso recorren arboledas y prados. La localidad está situada a una altitud de 959 m s. n. m.[3][4] El término municipal de Santo Tomé limita con los vecinos: al norte con Albornos, al noreste, este y sureste con San Pedro del Arroyo, al sur con Villaflor, al suroeste con Brabos, al oeste con Sigeres y al noroeste con Muñogrande. Todos ellos de la Moraña abulense.
ClimaPosee un clima continental. Naturaleza
Entre las aves se pueden encontrar gorrión doméstico, avutarda común, perdiz roja o cigüeña blanca, y mamíferos como jabalí o zorro.
Entre otras muchas plantas aparecen nomeriendes. HistoriaExiste documentación de finales del siglo XII que hace referencia a un lugar cuyo topónimo rezaba Azuvercas, más tarde Zabarcos. Sin embargo, Azubercas o Zabarcos no constituyó el único enclave de población de tal nombre en el territorio abulense medieval. Por el censo de consignación de rentas del obispado de Ávila en el siglo XIII existían dos topónimios distintos, uno la misma aldea de Santo Thomé de Ezevarcos de la tierra de Ávila (una de las ochenta y dos poblaciones del cabildo de Moranna o Moraña), y otro segundo, la aldea de Ezeciercas, en el cabildo de Pajares. Sin embargo, existen dudas sobre que el emplazamiento originario de la mencionada aldea coincida geográficamente con la localización actual del municipio de Santo Tomé de Zabarcos. Al parecer, existía cierto despoblado sito «en el término de Santo Tomé de Zabarcos»,[5] entre el río Arevalillo y la carretera de San Pedro del Arroyo, «donde aún quedan restos, y las vasijas se llevaron al museo de Ávila y, ya en 1183, la población se trasladó al actual enclave de la población». DemografíaCuenta con una población de 71 habitantes (INE 2024).
EconomíaLa economía de la localidad está dominada principalmente por el sector primario: agricultura y ganadería. Ha sido históricamente, y continúa siendo, la ocupación mayoritaria de sus habitantes. Sin embargo, a pesar del relativo pequeño tamaño del municipio respecto a los de sus alrededores, han convivido también numerosos oficios del sector secundario: industria y del sector terciario: servicios. Como representantes del sector secundario cabe destacar que existieron en el municipio al menos tres molinos funcionando al mismo tiempo y en activo hasta mediados del siglo XX. Existió un tejar, donde se fabricaba la típica teja árabe usada en las construcciones de la zona a partir de los materiales del lugar. También había una fragua, que mantuvo su actividad desde principios del siglo XX hasta los años 1990. Por último dos hornos de panadería continúan su actividad, con hornos de leña para pan, bollería y pastelería típica de la zona, así como para asados de cordero y cochinillo lechal. Se situó en el municipio una distribuidora de gas butano (la principal fuente de energía, junto con la eléctrica, usada en todos los municipios de la zona). En último lugar, y perteneciente al sector terciario, existió un bar. Tradicionalmente tanto las explotaciones agrícolas y ganaderas, como los diversos negocios o establecimientos industriales han sido regentados por unidades familiares, pasando de padres a hijos. Los cambios socioeconómicos y la fuerte emigración a las ciudades, junto con la fuerte industrialización ocurridos en España en el último cuarto del siglo XX provocaron que en muchos de estos negocios desaparecieran. En los últimos años, diversos inversores de fuera del municipio han puesto en marcha nuevos proyectos de turismo rural. Cuenta el municipio con cuatro casas rurales equipadas. En ellas pueden alojarse hasta 12 personas en cada una, lo que da una capacidad total de cerca de 50 huéspedes. Estas casas disponen de piscina y están acondicionadas para discapacitados físicos. Es de destacar que, a pesar de la ausencia de normativa municipal al respecto, las casas rurales se levantan en antiguos edificios de la localidad. Fueron respetadas las fachadas originales y se realizó su restauración conservando el aparejo clásico del municipio con ladrillo y enfoscado de cemento blanco, los blasones, los portones de madera, etc. En los casos en los que fue posible, también se conservó parte de la distribución interna con los elementos típicos de las casas. CulturaEdificios singularesLa localidad, situada en la Moraña, tiene una buenas muestras de la arquitectura típica de la zona. El aparejo morañego mezcla la piedra, el barro al natural en forma de adobe, y cocido en forma de ladrillo y teja. En las edificaciones públicas o singulares predominan los materiales más nobles, mientras domina el uso del adobe para las construcciones civiles. Las paredes de adobe solían revocarse de barro y paja y finalmente encalarse. El uso de la madera en las fachadas es menos frecuente y suele reducirse a los dinteles de puertas y ventanas. Los edificios más antiguos son buena muestra del arte mudéjar en lo que a construcción se refiere. Algunos edificios destacables que merecen una mención especial son:
Arquitectura tradicionalCasas solariegas blasonadas y edificios públicos singulares con fachadas construidas en mampostería y ladrillo encalado, así como fachadas con arcos de medio punto, recuerdo del paso árabe por la península ibérica. Destaca la restauración de edificios conservando el aparejo típico como se ha hecho en la casa consistorial, y varias casas convertidas en alojamientos de turismo rural. Fiestas
GastronomíaVéase también: Gastronomía de la provincia de Ávila
La gastronomía original recoge la riqueza de la dieta mediterránea de interior. Son productos de consumo obligado las hortalizas y legumbres de la zona, la gran variedad de carnes, los quesos, las frutas y los dulces típicos. En el mismo pueblo, se puede degustar cordero, cabrito y cochinillo asado en horno de leña en cualquiera de los dos hornos de panadería de los que dispone Santo Tomé de Zabarcos. En los hornos se asan los platos de carne y verduras de la zona. Entre los productos de panadería se hornean distintas variedades de pan artesano: barras, panes, pan de molde, etc; se cuecen el típico hornazo y las empanadas; numerosos dulces caseros típicos de la zona: mantecados, flores, huesillos, bollas de chicharrones, pastas, etc, aparte de magdalenas y bollería más convencional. Abundan, así mismo, a pesar del rigor del clima, los árboles frutales que permiten degustar peras, manzanas, ciruelas, cerezas, membrillos y otras frutas cultivadas en la zona. Las riberas del río han permitido su explotación tradicional como pastizales, donde alimentar al ganado del que se obtiene la carne y como huerta, donde obtener hortalizas destacando tomates, cebollas, lechugas, coliflores o repollos. Con estas hortalizas de temporada se preparan también platos típicos como el gazpacho morañego. Es típico de Santo Tomé, y de todos los pueblos de los alrededores, la fabricación de embutidos, quesos, mermeladas, conservas, miel otra variedad de productos caseros. En muchas casas se realizaba la matanza tradicional del cerdo o matanza a secas, donde tras criar un animal todo un año es sacrificado para obtener productos de consumo fresco así como embutidos, adobos y salazones que se irán degustando a lo largo de todo el año. Son de destacar el chorizo, el salchichón, el lomo, el tocino, los chicharrones, el jamón serrano, la morcilla, etc. Galería de imágenes
Véase tambiénReferencias
Bibliografía adicionalFernández Fernández, Maximiliano; et al. (2003). Apuntes etnográficos de Santo Tomé de Zabarcos. Estampas y añoranzas. Alameda. ISBN 84-607-9164-5. Enlaces externosRecetas de platos típicos: |