Tragedia de los bomberitosLa llamada tragedia de los bomberitos hace referencia a una desgracia ocurrida el 21 de enero de 1994 en Puerto Madryn, provincia de Chubut, Argentina, en que una dotación de 25 bomberos de esa ciudad, que tenían entre 11 y 23 años, y de los cuales once eran menores de edad, fallecieron por asfixia al intentar controlar un incendio en un campo.[1] Cronología de la tragediaEl incendio se inició en horas del mediodía del 21 de enero de 1994, en una zona junto a la ruta nacional 3, cerca de la rotonda sur de acceso a la ciudad y a unos 15 kilómetros de esta.[1]
Nombres y edades de los fallecidos
ConsecuenciasA nivel nacional, el sistema prohibió que los menores puedan salir a emergencias. Primero deben realizar un trayecto de capacitación que dura un año. Una vez aprobado el curso, se procede a un tiempo de adaptación. La tragedia también llevó a la decisión de que los bomberos no actúen sofocando incendios de campo; que solamente se aseguren de que no llegue a la ciudad, trabajando con máquinas viales para realizar corta fuegos.[2] Cuando se inició la causa (que fue cerrada tres veces y la investigación penal quedó en el olvido),[3] dos familiares cobraron un seguro de vida de cincuenta mil pesos, a cambio de no hacerle juicio a la provincia. Recién 15 años después, durante el gobierno de Mario Das Neves, se hizo una compensación y cobraron en bonos provinciales (BOPRO) alrededor de 500 mil pesos, el 10% de lo que se pedía. Hubo un padre que no aceptó y le ganó el juicio al Estado por 5 millones de pesos. La mayoría de los padres y madres continuaron en malas condiciones psíquicas. Hubo al menos dos suicidios.[1] En 2020, al cumplirse un nuevo aniversario, el titular de la Asociación Bomberos Voluntarios y presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios de Chubut, Gastón Alcucero, sostuvo que “más allá de las pérdidas lamentables que nunca vamos a poder recuperar y terminar de entender por qué pasan este tipo de cosas, sí podemos decir que, luego de 26 años, ha corrido mucha agua debajo del puente” y planteó que, luego de la tragedia, hubo un antes y un después a nivel nacional, porque en aquél entonces era común, en relación al hecho de que hubiera menores, que los cuerpos de bomberos tuvieran presencia de estos últimos; lamentablemente, a nivel local nos tocó pasarlo y ello terminó dándole al importancia a este servicio público de bomberos como la profesión más riesgosa sobre la faz de la Tierra, y dotarla de política pública con contenidos, lo cual trajo aparejada la capacitación, sobre todas las cosas, como un eje insoslayable de cualquier institución (...) no hubo Justicia porque obviamente, en aquél entonces, había responsables máximos en distintas esferas y, en definitiva, nunca se determinó esa responsabilidad, reclamo que llevan adelante los padres y que año tras año expresan a través de sus palabras”.[4] HomenajesEn el primer aniversario del hecho, en la plaza céntrica de la ciudad, se erigió un monumento en honor a las víctimas, compuesto de un bombero con alas, rescatando un niño, y a su alrededor, 25 columnas blancas con un molino arriba que gira con el viento, evocando a cada uno de los cadetes.[2][3] Cada 21 de enero, Día del Mártir Bombero Voluntario, el Cuerpo de Bomberos de Puerto Madryn les rinde honores. Por la mañana se coloca una ofrenda floral en el monumento que honra su muerte. Luego, en el Panteón, se conmemora a 21 de ellos y a los restantes se los recuerda en las cuatro tumbas de quienes no están en el Panteón.[1] La última ofrenda se hace en la plazoleta Kona Mapú (Tierra de Héroes) del barrio Mapú Ngefü , donde las calles circulares llevan los nombres de los bomberos caídos el 21 de enero. Referencias
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